Quito, una cocina de altura que crece con restaurantes entre los mejores del mundo

El chef Alejandro Chamorro, del restaurante ecuatoriano Nuema, posa durante una entrevista con EFE este martes, en Quito (Ecuador). EFE/ Gianna Benalcazar

Quito, 27 ago (EFE).- La calidad de los productos locales, el reconocimiento internacional, el incesante interés de la ciudadanía y del turista por el buen comer y, sobre todo, la paciencia y el trabajo de quienes hace una década apostaron por poner en valor la cocina nacional, han elevado a Quito, capital de Ecuador, como un destino gastronómico en el panorama mundial.

La capital se encuentra en mitad de la cordillera andina, lo que permite producir cafés especiales del Chocó Andino, hortalizas de altura de valles de Tumbaco y de Los Chillos, lácteos y derivados de zonas como Nono y Calacalí, y productos como quinua y maíz, tan clásicos e indispensables en las recetas quiteñas.

Restaurantes de renombre como Nuema, Tributo o Clara, todos ellos asentados en la capital de Ecuador, se cuelan desde hace años en los ránkings de los mejores restaurantes del mundo y se han posicionado a la vanguardia de la gastronomía ecuatoriana, con propuestas que reivindican el sabor tradicional y propio de la Mitad del Mundo.

«El 70% del turismo mundial está asociado a la gastronomía», señala a EFE Luis Maldonado, chef y creador de Tributo, que ocupa el puesto 30 de los mejores restaurantes de carne del mundo gracias a su destreza y confianza en la vaca vieja andina, un animal al que apenas nadie prestaba atención hasta que el venezolano decidió darle una oportunidad para ponerlo en valor.

«Los países ahora están entendiendo el turismo gastronómico», continúa el chef.

Todo empezó con Nuema

Fotografía de un corte de carne preparado en el restaurante Tributo, el 22 de agosto de 2025 en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome

Fue en 2014 cuando la revolución gastronómica se inició con dos desconocidos amantes de la gastronomía y pastelería, Pía Salazar y Alejandro Chamorro, quienes apostaron por abrir un nuevo concepto de restaurante basado en ensalzar los productos tradicionales. Querían hacer lo de siempre, pero de manera distinta.

Venían de trabajar en el extranjero y supieron que Ecuador tenía todos los ingredientes para situarse en la cima gastronómica mundial. Una década después, su restaurante Nuema acumula grandes y numerosos reconocimientos.

Desde 2020 ocupan las listas de los 100 mejores restaurantes del mundo y los 50 mejores de Latinoamérica. Pía Salazar, además, fue galardonada como la mejor repostera del mundo en 2023.

«Lo que está pasando ahora es fuerte. Los cocineros estamos apostando mucho más por nuestro producto y nuestra cocina se está promocionando fuera; estamos más empoderados. Estos dos últimos años fueron muy importantes; estamos seguros de que tenemos una gran cocina, solo tenemos que creérnoslo nosotros como ecuatorianos», señala Salazar.

Ambos también notaron un incremento del interés del turista en la alta cocina ecuatoriana.

«Debemos sacar provecho de las oportunidades que tenemos. Una vez viene el turista, se enamora de la gastronomía, quiere volver y lo difunde», apunta Chamorro, para quien «es el momento de Ecuador a nivel gastronómico».

Tributo, el culto por la vaca vieja

El chef Luis Maldonado, creador del restaurante Tributo, prepara un plato durante una entrevista con EFE el 22 de agosto de 2025 en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome

Hasta hace apenas cuatro años, la carne no era un producto que destacara dentro del recetario tradicional ecuatoriano. Sin embargo, y después de llevar años trabajando en su propia empresa de catering, el venezolano Luis Maldonado se instaló en Ecuador y decidió comprar una vaca vieja andina.

Aquella inversión supuso el primer peldaño de lo que es uno de los restaurantes más reputados actualmente en Quito.

Maldonado explica que de la vaca se aprovecha todo. Con dos vacas por semana, ofrece en torno a 90 comidas al día. La clave, para él, está en saber emplear todo el recurso que ofrece el animal, que se utiliza incluso para los postres.

Tanto Nuema como Tributo defienden que el consumo de los productores cercanos no solo mejora el negocio de proximidad, sino que también pone en valor su oferta gastronómica e incentiva la economía nacional.

La sensibilización con lo local

El chef Luis Maldonado, creador del restaurante Tributo, prepara un plato durante una entrevista con EFE el 22 de agosto de 2025 en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome

«La ubicación de Quito entre valles y montañas es privilegiada, pues te permite disponer de variados productos. A eso se suma la innovación de nuevos expertos y especialistas que están consiguiendo un ecosistema gastronómico completo», señala a EFE Alejandra Ordóñez, directora de Quito Turismo, la agencia municipal de promoción de la ciudad como destino turístico.

Toda esa riqueza alimenticia y gastronómica también se palpa a nivel de calle en ferias como el Hueca Fest, el mayor festival de la gastronomía ecuatoriana, que cada año reúne en el mes de agosto a las mejores huecas del país, los locales que conservan la cocina y los sabores tradicionales. Este año llegaron a este certamen más de 50.000 visitantes en cuatro días.

El 20 de septiembre será el turno del Expo Café. «Nuestro interés es que se conozca en el mundo este café, un buen café y de gran calidad», dijo este lunes el alcalde de Quito, Pabel Muñoz.

A nivel internacional, Quito también se ha hecho un hueco en congresos como Madrid Fusión, y el fenómeno va a más con apuestas como restaurantes inmersivos. Entre ellos destaca Zinergia, que combina alta cocina con tecnología de vanguardia. EFE

La chef Pía Salazar, del restaurante ecuatoriano Nuema, posa durante una entrevista con EFE este martes, en Quito (Ecuador). EFE/ Gianna Benalcazar
Fotografía de productos del restaurante Nuema, este martes en Quito (Ecuador). EFE/ Gianna Benalcazar