Lourdes Uquillas

Madrid, 25 jul (EFE).- El explorador español Ramón Larramendi asegura en entrevista con EFE que en Groenlandia, una isla con gran valor geoestratégico, las autoridades apuestan por la minería para su futuro, actividad para la que «se han aprobado proyectos con participación de empresas estadounidenses», y que necesitan «altos estándares medioambientales» para no comprometer sus ecosistemas.

Larramendi, creador del ‘trineo de viento’ -el vehículo cero emisiones ideado con el objetivo de realizar expediciones científicas por el Ártico y la Antártida-, se encuentra en España donde participará en el Festival Vagamundos, en La Puebla de Fantova (Huesca) el próximo 31 de julio, donde presentará la clase magistral ‘El Ártico: Futuro incierto para el nuevo -El Dorado’.
El explorador, que vive gran parte del año en Groenlandia, trabaja actualmente para establecer «una plataforma base» para futuras expediciones científicas.
Pregunta (P): ¿Cuál es la situación actualmente en Groenlandia tras la propuesta de compra o invasión de la isla hecha por el presidente estadounidense, Donald Trump?
Respuesta (R): Ha tenido un impacto muy profundo en la población, antes era bastante proamericana. Hay recelo, ha habido una transformación muy importante de la percepción de la gente con respecto a Estados Unidos, ahora evidentemente a la contra y de alguna manera se ha producido un acercamiento de nuevo a Dinamarca, a pesar de las tensiones históricas.
Además, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha realizado varias visitas a Groenlandia, al igual que los representantes de la Unión Europea.
P: Una presunta invasión de Groenlandia por EE.UU. se analiza desde el punto de vista geopolítico. Pero, ¿qué consecuencias tendría desde el punto de vista ambiental?
R: La percepción no es nada buena, ni desde el punto de vista medioambiental ni desde ningún punto de vista. La era de oro de la minería en Groenlandia está empezando, el país tiene claro que la minería forma parte de su futuro.Se han aprobado algunas minas con empresas estadounidenses, y, obviamente, eso implicará una explotación masiva.
La cuestión es si se establecen estándares medioambientales absolutamente impresionantes o disminuyendo costes. El problema son los altos costes en el Ártico, lo que ha provocado que esta era de oro de la minería en Groenlandia se haya retrasado. Lo otro son todo interrogantes.
P: ¿Ha perdido el Ártico su condición de reducto natural?
R: El Ártico ya no es un reducto natural, como si es la Antártida. Las vías de navegación están abiertas y todo va despacio. Rusia está poniendo todo lo que puede para aumentar el transporte de mercancías a través de la ruta del paso del noroeste y está en acuerdos con China.
Para acelerar el acceso, se están construyendo rompehielos a toda velocidad y rompehielos nucleares sin los que no está del todo claro que se pueda pasar. El número de mercancías que están pasando por el paso del nordeste es casi la mitad de lo que ellos planeaban en su plan a cinco años. Todo es absolutamente imparable.
Además, cada vez hay más presencia militar, todavía moderadamente reducida. Y aunque va despacio, la minería va subiendo especialmente en Groenlandia. En Canadá ya hay bastante explotación minera en la zona ártica y en la zona de Rusia están todos los enormes proyectos de gas natural.
P: ¿En cuanto tiempo se pueden producir estos cambios imparables?
El marco temporal para que se den estos cambios grandes es de unos 10 a 20 años. La gran incógnita es cuál es la velocidad de disminución del hielo. China tiene hechas unas estimaciones publicadas del potencial aumento de navegación en el Ártico. Ellos hablan de 2045 para que la Ruta de la Seda Polar se convierta en una ruta alternativa a la ruta del Canal de Suez o de Sudáfrica.
P: ¿Eso explicaría por qué Rusia y China se oponen a firmar compromisos para el Ártico como el Tratado de la Antártida?
R: Obviamente, todo eso implica restricciones. Rusia y China no van a aceptarlas en ningún caso. China tiene alianzas con Rusia para ir por las rutas actuales, pero tiene claro que el centro del Océano Ártico son aguas internacionales y su plan es utilizar ese paso que es más corto para la navegación y sin restricciones.
P: ¿Cómo está progresando el deshielo en Groenlandia y cómo está afectando a las poblaciones nativas inuit las consecuencias del cambio climático?
R: Estoy seis meses al año en Groenlandia, acabo de regresar, he estado casi tres meses con dos expediciones. Conozco lo que está pasando de observar y de hablar con la gente. Los cambios se ven sobre todo en las variaciones de la banquisa. Este año ha habido situaciones muy distintas en unas zonas en el norte donde ha sido el año con menos hielo jamás registrado. Concretamente en Avanarsuaq, donde vive la población autóctona más al norte del mundo.
Hay cambios muy locales, porque no todo es totalmente homogéneo, hay zonas que se mantienen normales, otras que como este año en el mes de abril prácticamente no había hielo en una zona que suele tener hielo hasta el mes de julio. Estos cambios están teniendo impacto en los animales e impacto en la pesca, que es la principal industria del país. EFE
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