David Álvarez
Ciudad de México, 2 oct (EFE).- El pasado 20 de septiembre el actor mexicano Raúl Briones ganó su cuarto premio Ariel, toda una proeza que el intérprete ha dejado de lado para criticar las políticas migratorias del presidente Donald Trump y el estado “genocida” de Israel, una realidad que considera debe ser retratada en el cine.
“Estamos ante una crisis de deshumanización, nos hemos llenado la cartera y la bodega de necesidades que antes no teníamos. Cuando estás frente a una cuestión -como violencia o un genocidio- se renuevan las prioridades del ser humano que no son otra cosa más que comer y abrazar a sus seres queridos”, explica a EFE durante la presentación de ‘Un mundo mejor’, película que protagoniza.
Tras haber sido galardonado en los premios Ariel por su interpretación en ‘La Cocina’, Briones retoma el camino con el largometraje ‘Un mundo mejor’, una cinta en la que interpreta a Víctor, un mexicano natural de Monterrey (norte) que luego de ser secuestrado desarrolla agorafobia, un trastorno de ansiedad que le impide salir de su casa.
Retratar a Gaza

Estas situaciones brutales como la situación en Gaza o la inseguridad en México generan grandes “daños colaterales” que muchas veces no son contados en la industria del cine, liderado por la grandes productoras “gringas” que “seleccionan el acento y los temas” que luego llegan a la gran pantalla.
“No es que esté en contra del cine gringo o los ‘blockbusters’, pero en las películas de superhéroes tú ves cómo los villanos arrasan pueblos enteros y nunca te preguntas qué pasó con ese pueblo en África donde el villano llegó puso su pie gigante y arrasó y luego vino el Capitán América a salvar”, argumenta.
Aunque al final en esas producciones se “rescata a la humanidad”, el actor desearía que se recordara más “a la policía o a los pueblos corriendo” de estas amenazas que a los «Iron Man» que salvan vidas o los “Godzillas” que las amenazan, narrativas que al final del día “deshumanizan y son crueles” con estos países remotos.
Hablar de las víctimas

México registró 7.000 secuestros durante los seis años de gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), según datos de la asociación Alto al Secuestro, un delito que ha aumentado considerablemente en los últimos años y del que, explica Briones, muchas veces la conversación se queda en las cifras y no en las víctimas que hay detrás.
«Esta película no se recarga en el tema de la violencia una vez más para terminar hablando de los narcos, sino para hablar de las personas en medio del fuego cruzado de cualquier tipo de violencia y de las consecuencias emocionales que tienen el ser humano», desarrolla.
Para el artista, de 41 años, este anonimato en las historias nace de un mundo de redes sociales en el que se ha perdido “el contacto humano y el escuchar al otro” para reconocer problemas que considera colectivos y en los que “el ser humano evolucionó gracias al grupo y no al individuo”.
La directora de la cinta, Janette Juárez, dejó de vivir un tiempo en México para mudarse a España, entre otros motivos, por la falta de seguridad del país nortermearicano. Cuando volvió, no era capaz de comprender la situación que estaba pasando en su país.
“Cuando regresé tenía esta sensación de guerra, de un toque de queda implícito que no entendía. Yo venía de estar por Madrid, en mi privilegio, y no me daba cuenta de todo lo que estaba pasando”, se sincera.
Es por ello que pensó que “un mundo mejor” sería hacer esta película para concienciar y tener la “posibilidad” de hablar de “otras personas que han logrado sobrevivir a un secuestro y de la que su vida ya no es la misma”, concluye.