Rebeca Pérez: “En España se ha perdido mucho talento por la falta de instalaciones”

Rebeca Pérez, la nueva seleccionadora española de escalada en bloque, durante la entrevista con la Agencia EFE. EFE/ JAVIER BLASCO

Zaragoza, 6 may (EFE).- Rebeca Pérez, la nueva seleccionadora española de escalada en bloque, cree que en España, durante años, se ha perdido mucho talento en la escalada por la falta de instalaciones deportivas adecuadas.

Rebeca Pérez, la nueva seleccionadora española de escalada en bloque, durante la entrevista con la Agencia EFE. EFE/ JAVIER BLASCO

“Se ha desperdiciado mucho talento de escaladores que podían haber sido grandes competidores y que no han tenido tanto apoyo y ahora se quiere revertir eso”, apunta Rebeca Pérez en una entrevista con EFE en la que apuesta por crear más centros de alto rendimiento a nivel nacional y más instalaciones adecuadas, para poder entrenar en condiciones.

Rebeca Pérez (Zaragoza, 13-12-98) es licenciada en Ciencias de la Salud y del Deporte y ha estado compitiendo desde de los 6 años, cuando comenzó en los Juegos Escolares de Aragón, hasta la temporada pasada, cuando se retiró con 26. Ha sido campeona de Aragón, dos veces campeona de la Copa de España y campeona de España en edad juvenil. También fue campeona de España absoluta hace dos años y ha sido habitual en los podios de las competiciones nacionales.

Cerró su capítulo competitivo la pasada campaña con la medalla de plata en la Copa de España y la de bronce en el Campeonato. Su mejor clasificación fue un noveno puesto en la Copa de Europa de 2023.

Pregunta: Habla de falta de instalaciones ¿Cómo está la situación en España ahora mismo?

Respuesta: Estamos bastante atrasados. Hay otros países con más cultura y hasta en muchos pueblos tienen rocódromos. A nivel federativo se están dando pasos importantes. Se trata de coger modelos de otros países que funcionan, como Austria y Francia, y replicarlo con nuestras características. Hay que intentar mejorar poco a poco. En España, existe el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, que es donde se entrena el campeón olímpico Alberto Ginés, pero que tiene plazas limitadas y ahora hay un proyecto para que el centro que se ha hecho en Cáceres sea de alto rendimiento juvenil. Hay ideas muy buenas, pero luego lo que hay son rocódromos comerciales que no están preparados para el alto rendimiento. Lo óptimo sería conseguir repartir una serie de instalaciones a nivel nacional, aunque ese tipo de cosas van despacio.

P: Ha pasado de terminar la pasada temporada en noviembre con la última prueba de la Copa de España y el Campeonato de España en su tierra, en Jaca (Huesca), a hacerse cargo de la selección española de bloque a principios de abril. ¿Cómo se cambia tan rápido el ‘chip’ de ser escaladora a ser seleccionadora y cómo se lleva una variación tan brusca y en tan poco tiempo?

R: Lo llevo bien, porque cuando sabes que te vas a retirar te mentalizas desde bastantes meses atrás. Había tomado la decisión con antelación. Me pilló más por sorpresa que me ofrecieran el cargo y que lo hicieran tanto la junta saliente, que perdió las elecciones, como la nueva que las ganó. Está genial porque pasas de competir a aportar toda la experiencia de todos los años en los que he estado compitiendo desde otra posición. No se me hizo especialmente raro. Lo llevo con naturalidad y no ha sido un cambio especialmente drástico. Y la despedida en Jaca fue un momento bonito. Anunciaron antes de la final que nos retirábamos Eneko Carretero y yo y fue precioso ver a todo el mundo aplaudiendo.

P: ¿Qué opina de que las dos juntas directivas hubieran pensado en usted para formar parte de la reestructuración que se ha puesto en marcha, con un seleccionador para cada modalidad (dificultad, bloque y velocidad) en lugar de una sola persona para todas, como antes?

R: Para mí es un orgullo, porque supone que ambas juntas me ven como una persona capacitada. Me imagino que habrán valorado mi trayectoria y experiencia como escaladora, mi trayectoria académica como entrenadora de escalada y, si lo miras así, creo que todas la piezas encajaban. Me retiro como deportista y lo que he vivido desde dentro, también lo tengo. Poseo dos puntos de vista, el de deportista por un lado y el de entrenadora por otro lado y creo que esas dos visiones son necesarias para hacer las cosas bien y no olvidarse de la realidad del deportista. Pienso que puedo aportar bastante, porque conozco desde la teoría hasta la práctica, por mi carrera y por competir.

P: ¿Y por qué se retiró con solo 26 años y teniendo en cuenta que usted era una de las habituales en el podio en las competiciones nacionales?

R: Retirarse es algo personal. Sentía que con los recursos que tenía, especialmente en materia de instalaciones para poder entrenar, había llegado al límite. Estoy segura de que con más recursos y sitios para entrenar podía haber llegado mucho más lejos, pero el esfuerzo que conllevaba entrenar sin medios, tanto en el aspecto mental como en el físico, hacían complicado asumir la situación. Sentía que lo que podía mejorar era bastante poco con los medios que tenía.

P: Habrá personas que preguntarán si con 26 años se está capacitado para un puesto del nivel de seleccionadora nacional.

R: Más importante que la edad es la experiencia. A lo mejor una persona más mayor no tiene tanta experiencia a nivel competitivo. Es verdad que soy la única de los seleccionadores actuales que no ha tenido el paso previo de dirigir una selección autonómica, pero al final reitero que importa más la experiencia que los años que tengas.

P: ¿Y con qué ideas llega?

R: Me gustaría mucho dar ‘feedback’ (alinear los objetivos, corregir los errores y fomentar el aprendizaje) a los competidores. Los entrenadores estamos para trabajar aspectos que les puedan fallar. Hay que tener un contacto más cercano, porque se busca más rendimiento y eso se logra estando en contacto y dando lo que cada uno necesita, aportando lo que se pueda a nivel de competición. Al final, es trabajar lo que se puede mejorar. Los seleccionadores no entrenamos de forma directa porque cada escalador tiene su entrenador, pero se ven desde fuera los puntos fuertes y débiles y en lo que se puede progresar, no solo técnicamente, sino también a nivel de nutrición o de psicología con la realización de talleres.

P: Ha mencionado el aspecto psicológico. Es una faceta del deportista de la que se está hablando mucho en los últimos años, incluso de los de altísimo nivel ¿Qué importancia le da al trabajo mental?

R: El tema psicológico en una competición es vital. No importa lo fuerte o lo bien preparado que estés; si no eres capaz de gestionar el estrés en una competición no vas a dar el cien por cien. Esto afecta más o menos según las personas, pero siempre hay cosas que perfilar y por eso todos los atletas que tienen capacidad económica tratan de abordar este tema, algo que se va a tratar de hacer desde la federación.

P: Ahora, la vista está puesta en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Aunque todavía falta tiempo, ¿qué opciones tiene la escalada española?

R: El campeón olímpico Alberto Ginés es claro candidato a medalla, pero hay otras opciones de poder clasificarse. El hecho de que se hayan separado las tres disciplinas con respecto a los anteriores Juegos Olímpicos va a traer como consecuencia que los escaladores se tengan que especializar más, algo que no ocurrió en París, donde dificultad y bloque se disputaban de forma conjunta. Eso va a suponer que, a lo largo este año y el siguiente, cada escalador tendrá que decidir a qué camino quiere ir. Geila Macià, Júlia Benach, Guillermo Peinado e Iziar Martínez son candidatos para meterse en Juegos Olímpicos en dificultad o bloque, mientras que en velocidad están Erik Noya, Leslie Romero, que fue diploma olímpico en París, y Carla Martínez.

Va a haber atletas extremadamente buenos en ambas disciplinas, pero puede ocurrir que la mayoría se vayan a especializar para tener más opciones de medalla. Sólo casos como la eslovena Janja Garnbrett o el japonés Sorato Anraku puede que doblen competición, pero en general habrá que decidir y optar por dificultad o bloque, que van a subir de nivel competitivo por el hecho de especializarse en una y no en dos, como antes.

Enrique Pérez