Reconstruyen la secuencia de ocupación del yacimiento de La Alcudia durante 2.000 años

Los investigadores han logrado documentar por primera vez la secuencia completa de ocupación del yacimiento de La Alcudia, en el término municipal ilicitano, donde se descubrió la célebre Dama de Elche, desde el siglo IV antes de Cristo, en plena época ibérica, hasta la contemporaneidad, tras casi una década de excavaciones sistemáticas. EFE/ Guzmán

Elche (Alicante), 3 oct (EFE).- Los investigadores han logrado documentar por primera vez la secuencia completa de ocupación del yacimiento de La Alcudia, en el término municipal ilicitano, donde se descubrió la célebre Dama de Elche, desde el siglo IV antes de Cristo, en plena época ibérica, hasta la contemporaneidad, tras casi una década de excavaciones sistemáticas.

Este resultado es fruto del proyecto Domus-La Alcudia, coordinado por la Universidad de Alicante (UA) con el apoyo del Ayuntamiento de Elche, ha informado la institución académica.

«Lo que hemos conseguido es de enorme valor histórico y científico: hemos pasado de un relato fragmentario, lleno de idealizaciones, a una secuencia material y continua que muestra la vida» de la antigua ciudad Ilici, asentada en este yacimiento, «a lo largo de más de dos mil años”, ha afirmado Sonia Gutiérrez, catedrática de Arqueología de la UA y directora del proyecto, junto a los profesores Julia Sarabia, Jesús Moratalla y Victoria Amorós, todos ellos del área de Arqueología de la UA.

El equipo excavó en un sector inexplorado del noreste de La Alcudia, entre dos grandes viviendas romanas. Allí, en lugar de buscar los niveles más antiguos desde el inicio, trabajaron descendiendo por capas desde la época contemporánea hacia la ibérica, reconstruyendo en sentido inverso la historia del lugar.

Según Gutiérrez, “cada estrato nos ha devuelto un paisaje distinto: de villa agrícola a ciudad episcopal, de urbe bajoimperial a enclave fortificado en plena Guerra Púnica. Es un relato complejo y fascinante que muestra la capacidad de La Alcudia para reinventarse una y otra vez”, ha destacado.

Los niveles más antiguos remiten al siglo IV a.C., cuando existía ya un asentamiento con muros de arcilla y estructuras domésticas similares a otros documentados en el lugar. Poco después, en la segunda mitad del siglo III a.C., se produjo un salto cualitativo con la construcción de un complejo fortificado sobre uno de los puntos más elevados del yacimiento, según ha informado la UA.

El hallazgo de un zócalo de mampostería con alzado de adobes reforzado por vigas verticales, junto con una moneda hispano-cartaginesa, sitúa esta construcción en plena Segunda Guerra Púnica.

“Esta ciudadela o ‘arx’ sugiere que Ilici tuvo un protagonismo militar y urbano mucho mayor del que pensábamos, comparable al de otros asentamientos próximos como el Tossal de Manises. No era un asentamiento secundario, sino una ciudad con peso en un momento clave de la historia mediterránea”, ha revelado Gutiérrez.

Revalorización del periodo tardorromano

Uno de los grandes giros que aporta Domus es la revalorización del periodo tardorromano. Hasta ahora se creía que la fundación colonial en tiempos de Julio César y Augusto había dejado una impronta urbana más visible. Sin embargo, los restos más consistentes en el área excavada corresponden a los siglos IV y V d.C., cuando la ciudad desarrolló una compleja trama urbana con calles, edificios y servicios que sobrevivieron hasta época visigoda.

La excavación de un cruce de calles (cardo y decumanos) ha permitido establecer la medida de las manzanas urbanas (11,8 x 5,9 metros) y documentar un sistema hidráulico que abastecía y saneaba las calles y edificios de la ciudad mediante tuberías de plomo y cloacas subterráneas. También se han identificado ‘tabernae’ (tiendas, talleres y almacenes) que continuaron en uso hasta la época visigoda.

El registro excavado muestra que, tras siglos de esplendor, el espacio se transformó en un paisaje agrícola andalusí, con casas, silos, bancales y acequias. En la Edad Moderna, La Alcudia se convirtió en cantera y finalmente en terreno de cultivo, hasta que el interés por la arqueología devolvió protagonismo a sus piedras.