Buenos Aires, 11 may (EFE).- El fotógrafo español Nicolás Combarro presentó este fin de semana en Buenos Aires la muestra ‘Representar el silencio’, una serie de imágenes de campos de concentración que hubo en España y Francia en los años ’30 y ’40 y que tiene por objetivo “aprender del pasado”.

Combarro nació en 1979 en A Coruña, en el marco de la transición a la democracia tras casi cuarenta años de dictadura franquista. Para esa transición política, aseguró el artista en una entrevista con EFE en Buenos Aires, el país generó una “amnesia forzada”.

“Se intentó olvidar el pasado para construir un futuro nuevo, de una manera un tanto utópica, sin juzgar ni revisar lo que ocurrió durante esos 40 años de extrema represión y extrema violencia. Mi generación en cierto modo rechaza el olvido y nosotros queremos saber, queremos entender cuál es esa herida”, señaló Combarro.
La muestra se podrá ver hasta el 8 de junio en el MUNTREF-Centro de Arte Contemporáneo, que está ubicado en el antiguo Hotel de los Inmigrantes de Buenos Aires, el lugar por donde arribaban a Argentina los migrantes llegados de todo el mundo.
La exposición, presentada en colaboración con el Centro Cultural de España en Buenos Aires, retrata algunos de los campos de concentración españoles que se estima albergaron a más de 700.000 prisioneros durante el franquismo.
Combarro decidió hacer foco también en los campos de internamiento construidos en Francia, un país que se suponía que sería de acogida pero que, bajo la ley de extranjeros “indeseables” de 1938, terminó encerrando a cerca de medio millón de españoles que huían de la dictadura franquista.
“Me parecía lógico hacer esa comparativa entre cómo fueron tratados los republicanos en España y Francia, que en un momento pensamos como un país aliado y que acabó siendo parte de la represión”, explicó el artista, que resaltó además la buena recepción por parte de Argentina hacia la inmigración española.
El fotógrafo destacó que “la acogida de Argentina terminó siendo completamente diferente a la de Francia” y encontró muy significativo que la muestra se realice en el Museo de la Inmigración, por el que pasaron tantos españoles que huyeron de la guerra civil española.
En ese sentido, el embajador español en Argentina, Joaquín María de Arístegui Laborde, presente este sábado en la inauguración de la exposición, expresó que “no podría haber un lugar mejor para presentar esta magnífica colección de fotografías que este centro (…) al que tanto debe España y al que tanto deben los españoles”.
El embajador destacó también la importancia de “mantener permanentemente vivo el recuerdo, el recuerdo de donde venimos, de lo que nos pasó, del esfuerzo que hicieron nuestras familias”.
La exposición ‘Representar el silencio’ se presentó por primera vez en su totalidad a fines del año pasado en la ciudad argentina de Rosario y ahora por primera vez en Buenos Aires, tras la exhibición de algunos capítulos en Alemania, Francia, Portugal y Colombia, y solo en contadas ocasiones en España.
El artista atribuyó esto a la controversia que dijo todavía generan en algunas partes de España los intentos de memoria de los crímenes del franquismo y, por otro lado, a que se trata de “un fenómeno que sorprende a países que se han enfrentado a su propia violencia, pero que no eran conocedores de que sistemas similares se habían producido de manera sistemática y estratégica en España”.
Combarro eligió capturar las imágenes de los campos de noche con el fin de “sacarlos de un contexto temporal” y poder “imaginar cómo fueron en su origen”, al mismo tiempo que, a través de la iluminación de los restos arquitectónicos, buscó “devolverlos a la luz”.
“Es una exposición que trata de aprender del pasado para no volver a cometer los mismos errores en el presente y en el futuro”, mencionó, y alertó sobre el fenómeno de la migración en la actualidad: “La población migrante, que no elige su destino sino que lo hace por pura desesperación, y la manera en que los países acogen o no acogen a esta población migrante, nos da constancia de cuál es el posicionamiento que tenemos como sociedad civil”.
Florencia Pessarini