Yakarta, 2 oct (EFE).- Los equipos de rescate desplegados en el internado que el lunes se derrumbó en Indonesia, dejando al menos cinco muertos, dijeron este jueves que no hay señales de vida humana bajo los escombros del edificio, donde se cree que hay decenas de jóvenes atrapados.

«Declaramos que, utilizando equipo sofisticado, incluidos drones térmicos, no encontramos, científicamente, señales de vida», declaró el director de la agencia de rescates indonesia (Basarnas), Suharyanto, antes de indicar que la noche del miércoles la zona fue desalojada con vistas a facilitar la escucha de indicios de supervivientes.
Los rescatistas pudieron rescatar anoche a cinco supervivientes entre los restos del centro en ruinas y recuperaron dos cadáveres.
Los equipos acordaron este jueves con «representantes» de las familias afectadas «pasar a la siguiente fase» e iniciar tareas de búsqueda y evacuación que conllevan el uso de maquinaria pesada, evitada hasta ahora por el riesgo que conlleva para la seguridad de potenciales supervivientes.
Según las autoridades, la aceleración de las operaciones, en las que trabajan más de 300 rescatistas, se produce a petición de las familias que no tienen noticias de sus allegados tres días después de la caída del edificio.
El internado de estudios islámicos Al-Khoziny, situado en la regencia de Sidoarjo, en el este de la isla de Java -la más poblada del vasto archipiélago-, sufrió un derrumbe de sus plantas superiores el lunes a las 15:35 hora local (8:35 GMT), mientras un grupo de operarios vertía cemento en el edificio como parte de unas obras.
Basarnas contabiliza este jueves cinco fallecidos y 59 desaparecidos, en contraste con los 91 reportados la víspera, y justifica el baile de cifras por errores en las listas o supervivientes que no habían notificado a las autoridades.
Tres de las víctimas mortales tenían entre 13 y 34 años, si bien no se han precisado las edades de los dos últimos fallecidos.
Los rescatistas han evacuado a una veintena de personas del edifico en ruinas, mientras que alrededor de un centenar pudieron salir por su propio pie del inmueble.
El internado derrumbado acogía a menores de 20 años con un currículum educativo centrado principalmente en estudios islámicos, en el país con más musulmanes del mundo. EFE
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