Pekín, 14 jul (EFE).- La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera, declaró este lunes en Pekín que la Unión Europea (UE) «no aceptará prácticas de ‘dumping'» (competencia desleal), en referencia a los vehículos eléctricos chinos.

Ribera, que se encuentra en la capital china para participar en el Sexto Diálogo de Alto Nivel sobre Medio Ambiente y Clima entre China y la Unión Europea, indicó en una rueda de prensa que «existe la creencia de que recurrir a productos baratos» podría «ser beneficioso para nuevos caminos de descarbonización en el mercado europeo».
Sin embargo, resaltó la importancia de evitar que «que el exceso de capacidad industrial afecte a otros lugares», una crítica a las prácticas industriales de Pekín repetida por los Veintisiete en los últimos años.
La vicepresidenta subrayó la importancia de «proteger una economía abierta» en el Viejo Continente, pero también la de la transparencia, de la predicibilidad y el Estado de derecho.
Ribera, que describió las conversaciones con las autoridades chinas como «fructíferas,» aseguró que tanto China como la UE están de acuerdo en que necesitan transformar sus economías «en sintonía con las agendas medioambientales».
Así, destacó «avances sustanciales» en su diálogo medioambiental con sus homólogos chinos en campos como mercados de emisiones de carbono, políticas hidrológicas, economía circular y la protección de la fauna.
Añadió que tanto Pekín como Bruselas ven el Acuerdo de París, del que Estados Unidos anunció su retirada a comienzos de año, como el «marco adecuado para lidiar con el cambio climático».
China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, se fijó alcanzar el pico de sus emisiones de CO2 antes de 2030 y la neutralidad de carbono antes de 2060. También se comprometió a reducir sus emisiones de CO2 por unidad de PIB en al menos un 60 % para 2030, en comparación con los niveles de 2005, según un plan climático que presentó en 2021.
Sin embargo, organizaciones ecologistascomo Greenpeace han pedido al gigante asiático que fije «un calendario claro para la eliminación gradual del carbón», todavía protagonista en el plan energético nacional.
Pese al avance de la energía eólica y solar en China, que han llegado a generar juntas más de una cuarta parte de la electricidad de China, el país también ha sido objetivo de críticas por impulsar desde el año pasado la construcción de nuevas centrales de carbón.
El diálogo medioambiental entre Pekín y Bruselas tiene lugar una semana antes de que se produzca la cumbre entre ambos, prevista para finales de este mes en la capital china.
Pese a que algunos analistas han especulado con un acercamiento entre China y la UE a raíz de la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, persisten graves desavenencias entre ambas partes, entre las que destacan las tensiones comerciales y las críticas europeas a China por su acercamiento a Rusia tras el comienzo de la guerra en Ucrania.