Jose Oliva
Barcelona, 19 abr (EFE).- La escritora barcelonesa Rosa Ribas, una de las grandes referentes del género negro en España, que acaba de publicar la novela ‘Los viejos amores’, cree que el mundo caótico e imprevisible que ha sembrado Donald Trump “es propicio para la novela negra y la peor noticia para los autores de ciencia ficción”.
En una entrevista con EFE, Ribas señala que “si a algunos escritores les va mal ahora con Trump es a los de ciencia ficción, porque estamos viviendo algo tan distópico que es imposible que puedan inventarse nada peor”.
Enfundada en el papel de analista de ficción, Ribas piensa que “el desorden, el constante cambio de planes, va un poco contra la narrativa, porque la narrativa se mueve por causas y efectos, y con Trump estamos todavía intentando entender la causa”.
Y añade: “El lector de esta novela de Trump, sometido a una constante incertidumbre, no sabe si se trata de un malvado malísimo, que tiene un plan secreto que todavía no hemos pillado, o si es la marioneta del malo malísimo, como en las pelis de James Bond”.
La autora de ‘El pintor de Flandes’ tiene claro que, como novela, la historia de Trump tiene “demasiados giros de guion y muy rápidos, lo cual narrativamente es desastroso”.
En ‘Los viejos amores’ (Tusquets), Ribas se inspira en esos casos de mujeres víctimas de los “estafadores del amor”, en la que es una nueva investigación para la familia de detectives Hernández.
Aún con la memoria de las recientes estafas de un falso Brad Pitt, reconoce que el punto de partida de ‘Los viejos amores’ fue el caso más dramático de dos hermanas que fueron asesinadas después de haber sido durante años esquilmadas por los estafadores.
“Aquel caso me impresionó muchísimo, porque además siempre pasa que todo el mundo se ríe de la víctima diciendo que ‘¿cómo pudo ser tan tonta?’, pero en realidad es el reflejo de que estas mujeres están muy solas, a veces también muy desvalidas, pero en realidad aquellas dos hermanas no eran dos señoras ignorantes, eran maestras de escuela jubiladas”.
Estafadores del amor

Como lingüista, Ribas analiza el “procedimiento perverso” de estos estafadores que, como los adivinos, aprovechan algo que se les dice para dar la impresión de que conocen muy bien a sus víctimas, cuando en realidad eres tú mismo quien les ha ido dando las pistas.
El barrio barcelonés de Sant Andreu, el escenario habitual de los Hernández, era perfecto, según la autora, pues vive allí mucha gente mayor, y “era muy fácil que alguien cayera en una trampa así”.
Otro foco de inspiración fueron los grupos de Facebook que difunden fotos antiguas de barrios, pueblos o ciudades, que “a un delincuente le proporciona tanta información que podría dar la impresión de que lleva viviendo en el barrio toda la vida”.
Después de que en la tercera entrega de la serie, ‘Nuestros muertos’ (2023), muriera Marc, el hijo de la familia Hernández, y que se anunciara como el final de la saga con la dispersión del clan familiar, la autora confiesa que se arrepintió de haber marcado un límite numérico de novelas.
“En las primeras entrevistas me di cuenta de que tenía a los personajes tan vivos que una nueva historia ya se estaba escribiendo en mi cabeza, por lo que decidí volver con los Hernández, pero ahora ya no digo nada y de hecho ya tengo la idea de la que será la quinta entrega”.
Cuarta novela de la serie de los detectives Hernández
En la cuarta novela han pasado cinco años desde la anterior y el lector vuelve a reencontrarse con la familia unida, “cada uno llevando la pérdida a su manera, enfrentados al duelo: la madre Lola metida en su dolor, con rituales morbosos, el padre con sus visitas al cementerio dialogando siempre con el hijo perdido, y las hermanas notando esa ausencia en todas partes”.
Asegura Ribas que la inteligencia artificial puede hacer más fácil este tipo de delitos, porque “se pueden crear fantasías más realistas, se puede crear un personaje que hable con nosotros”.
La propia escritora fue diana de un intento de estafa del amor: “Me decía que al ver una foto mía había pensado que era una enviada de Dios porque le recordaba a su fallecida mujer, y eso te pilla en un momento vulnerable de tu vida y puedes caer”, apunta.
En relación con su otra saga negra, Ribas no contempla de momento acabar la quinta y última entrega de su icónica policía hispanoalemana Cornelia Weber Tejedor, que pertenece a otro grupo editorial y para la que tiene “un cuaderno lleno de notas”, pero de momento seguirá siendo “una espinita” no darle un cierre con una buena novela a la serie.
De momento, seguirá “alternando una novela de los Hernández con otras, no necesariamente negras”.