Rousseff, tras la condena a Cristina Fernández: «Es un ataque inaceptable a la democracia»

La expresidenta brasileña Dilma Rousseff, actual jefa del banco de fomento del foro BRICS, en una foto de archivo. EFE/EPA/ALEXANDER ZEMLIANICHENKO / POOL

São Paulo, 12 jun (EFE).- La expresidenta brasileña Dilma Rousseff, actual jefa del banco de fomento del foro BRICS, afirmó este jueves que la ratificación de la condena a la exmandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner por corrupción es «un ataque inaceptable a la democracia».

Rousseff defendió en sus redes sociales que la sentencia a Fernández, confirmada por la Corte Suprema de Argentina, es «un ejemplo más de persecución política y ‘lawfare’ contra líderes progresistas en América Latina».

«El objetivo siempre ha sido el mismo: manchar la reputación de estos líderes y apartarlos de la legítima disputa por el voto popular. Esto constituye un ataque inaceptable a la democracia», sostuvo.

Rousseff, quien fue destituida como presidenta de Brasil en 2016 por el Congreso por unas supuestas maniobras irregulares en los presupuestos que más tarde fueron archivadas en la Justicia, expresó así su «total solidaridad» con Fernández.

«Ella no merece tamaña injusticia. Y el pueblo argentino no merece enfrentar otra crisis creada por los intereses de la extrema derecha», indicó la ex jefa de Estado (2011-2016).

En este contexto, animó a su antigua aliada, con la que coincidió en el poder un lustro, a «seguir luchando con firmeza por sus derechos y su libertad».

El miércoles, el padrino político de Rousseff y actual gobernante brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habló por teléfono con Fernández y le trasladó su solidaridad ante «esta situación adversa».

«Le dije de la importancia de que se mantenga firme en este momento difícil», manifestó Lula, quien pasó 580 días encarcelado por una condena por corrupción que posteriormente fue anulada por la Justicia.

La Corte Suprema de Argentina rechazó el martes el último de los recursos de Fernández y confirmó su condena a seis años de prisión y a la inhabilitación perpetua a ocupar cargos públicos por un caso de corrupción.

Fernández, de 72 años, fue condenada en una causa por irregularidades en la concesión de obras viales entre 2003 y 2015, durante la gestión de su esposo fallecido, Néstor Kirchner, y sus dos mandatos posteriores.