Ciudad de México, 1 sep (EFE).- El secretario de Estado, Marco Rubio, inicia el martes una visita de tres días de duración a México y Ecuador, un viaje que es el segundo que realiza a países de habla hispana desde que llegó al cargo y en el que Washington quiere reforzar la cooperación en materia de seguridad, migración o comercio.
Rubio se reunirá el miércoles con la presidenta la presidenta de México, Claudia Sheinbaun, un encuentro en el que está previsto que se trate el refuerzo de la lucha conjunta contra los cárteles, así como los avances en otros temas de cooperación bilateral.
La visita del secretario de Estado se va producir apenas un día después de que Sheinbaum presente su primer informe de Gobierno, en el que se esperan datos que muestren el giro en la lucha contra el narcotráfico en el arranque de su sexenio.
El llamado acuerdo de seguridad estará sobre la mesa, aunque tanto Washington como la presidenta mexicana han apuntado a que no necesariamente se firmará ningún documento, y que la base de lo que se debatirá se centrará en los avances dentro de los cuatro pilares del marco acordado en febrero; confianza mutua, responsabilidad compartida, respeto a las respectivas soberanías y cooperación sin subordinación.
La propia Sheinbaum indicó la semana pasada que aprovechará para dar a conocer a Marco Rubio todo lo que está haciendo México en diversas materias.
Mientras, un portavoz del Departamento de Estado reconoció que Washington está muy complacido con «el verdadero progreso» en diversas áreas, desde el refuerzo de la lucha contra las bandas del narcotráfico y las extradiciones de cabecillas a EE.UU. a la distribución de agua en el río Bravo o la gestión de aguas residuales en el área fronteriza entre Tijuana y San Diego.
El aspecto comercial también estaría sobre la mesa, con EE.UU. interesado en reducir su déficit comercial o evitar que China aproveche el tránsito de sus mercancias por territorio mexicano para evitar los aranceles del Gobierno de Donald Trump, mientras que el Ejecutivo mexicano busca encontrar, por ejemplo, una solución a los gravámenes recién impuestos por el país vecino al jitomate mexicano.
En materia de inmigración Washington está interesado en atajar los cruces fronterizos ilegales a EE.UU. de ciudadanos mexicanos, que ya suponen la mayoría de los que se producen en la actualidad, después de que las políticas de la Administración Trump hayan desincentivado a migrantes de terceros países de tratar de llegar a territorio estadounidense.
Encuentro con Noboa
El jueves, Rubio se reunirá con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en un encuentro en el que se espera que estén también presentes la cooperación en seguridad y migraciones, además de desarrollo.
El viaje de Rubio se produce en un momento en el que Washington está reforzando su lucha contra grupos criminales con conexiones transnacionales, desde los carteles mexicanos a la banda transnacional Tren de Aragua o el Cartel de los Soles, grupo este último que el propio Noboa declaró organización terrorista con incidencia en suelo ecuatoriano el pasado 14 de agosto.
El pasado sábado, una delegación del Congreso de los Estados Unidos ya se reunió en Quito con el ministro ecuatoriano de Defensa, Gian Carlo Loffredo, a fin de fortalecer la cooperación bilateral en seguridad y defensa, así como para identificar y priorizar las necesidades estratégicas del país, que según el Gobierno se encuentra en «conflicto armado interno» debido a la presión del crimen organizado.
La propia canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld comentó a su vez hace días que entre los diálogos de cooperación entre ambas naciones Washington ha solicitado tener un convenio a través del cual el país andino podría recibir hasta 300 personas por año enviadas por Estados Unidos.
Aclaró que no se trata de un convenio como el que Estados Unidos mantiene con El Salvador para recibir presos, sino que es un «programa limitado, que responde solamente a personas refugiadas de ciertas nacionalidades, que no mantengan ningún tipo de antecedente de delincuencia y que tengan ciertas características, como buen estado de salud».
La visita de Rubio a Ecuador se produce además en un momento en que Quito y Washington mantienen conversaciones para reducir el 15 % de aranceles impuesto por el Gobierno de Donald Trump.
El Departamento de Estado también enfoca esta visita como una en la que buscará tratar de reducir la influencia de Pekín en la región, y en ese sentido Washington espera poder conocer de cerca las necesidades que pueda tener el Gobierno Noboa para tratar de recortar la excesiva dependencia que, según EE.UU., se generó con China durante la era de Rafael Correa.