Ruiz Mantilla relata su relación íntima con Franco, el presunto bobo sagaz que odió España

En una imagen de archivo el escritor y periodista Jesús Ruiz Mantilla.. EFE/Jero Morales

Marina Estévez Torreblanca

Madrid, 18 abr (EFE).- Franco ha marcado la vida de millones de españoles, también la de Jesús Ruiz Mantilla, que ha charlado con EFE sobre un libro en el que detalla su “relación íntima” con el niño humillado, el militar ambicioso, el dictador sanguinario que murió en la cama tras décadas de “hacerse el bobo” y “odiar a España”.

El periodista y escritor ha publicado ‘Franco y yo’ (Galaxia Gutemberg), a medio camino entre la novela, la biografía y el ensayo riguroso, para ahondar en la vida privada y pública del autodenominado ‘generalísimo’, a quien trata como un contradictorio personaje literario, en paralelo a la suya propia, empezando por una niñez marcada a los diez años por la muerte del sátrapa.

Para Ruiz Mantilla, “que Franco en el fondo nos odiaba salta a la vista, porque lo que hizo fue una guerra de exterminio”, trató de “extirpar” una parte muy considerable de España y lo hizo “lleno de odio”, con un empeño y una ambición que además venía fraguando tiempo atrás.

‘Cerillita’, el primero de los muchos apodos despectivos que tuvo Francisco Franco (El Ferrol 1892-Madrid, 1975), fue un niño humillado por un padre masón y por la brillantez de sus hermanos, crecido a la sombra de una madre beata, que encontró en el ejército el lugar donde superar sus traumas con toda la violencia que le permitió un destino en el norte de África.

“Me interesaban las razones humanas, la psicología del personaje. La relación con su padre explica mucho de lo que pasó después”, razona Ruíz Mantilla, que habla de su libro como novela a pesar de estar profusamente documentado en los ensayos que cita (de Paul Preston a Nicolás Sesma o las memorias de familiares y personajes del franquismo), y sobre todo en unos papeles fundamentales.

Se trata del archivo documental acumulado por el coleccionista José María Castañé, que llegó a trabajar en un servicio de estudios técnico para el gobierno franquista junto a Miguel Boyer, Juan Manuel Kindelán y Mariano Rubio, y sin cuyo “regalo impresionante” la novela no existiría, reconoce su escritor.

Este personaje novelesco atesoró en mercadillos y subastas cartas y documentos de Franco, Stalin o Truman para conseguir explicarse el siglo XX. Un tesoro que en su mayor parte ha acabado en la Universidad de Harvard por la falta de interés que mostró el Gobierno de Mariano Rajoy en un legado que él quería ceder sin contraprestación alguna. La parte española sí decidió donarla a la Residencia de Estudiantes para que no saliera del país.

En dichas cartas y documentos, que en parte se incluyen en el volumen de 474 páginas, se puede observar lo que dijo de Franco el ministro falangista José Antonio Girón: “El paso de buey, la vista de halcón, el diente de lobo y el hacerse el bobo”, una treta que le funcionó para no ser castigado por los gobiernos republicanos contra los que acabó conspirando, para sobrevivir a Hitler y Mussolini, negociar con los estadounidenses o marear a los Borbones sobre quién sería su sucesor.

El que acabó siendo el elegido, Juan Carlos I, aprendió mucho del general, dice Ruiz Mantilla: “El rey solo tenía un proyecto de España, un proyecto para sí mismo, lo mismo que Franco”. Es por ello que cuando llegó a la conclusión de que para mantenerse en el poder era mejor la democracia que la dictadura, facilitó la Transición.

“Lo suyo no era idealismo, sino tacticismo para desarrollar mejor su programa personal, que tenía dos ejes: las mujeres y forrarse. Y para hacerlo sin límite entiende que mejor hacerlo con un sistema no autoritario, porque él sí que no iba a morir en la cama en ese caso”, sostiene el periodista y escritor, que aborda en su libro el pasado que explicó al dictador y también su pertinaz sombra en el presente.