Moscú, 26 sep (EFE).- Rusia y la Unión Europea (UE) se disputan este domingo la lealtad de los moldavos en unas elecciones parlamentarias cruciales para definir el rumbo político de un país que está pagando un alto precio por su vecindad con la guerra en Ucrania.
«Hoy les digo con toda la seriedad que nuestra soberanía, independencia, integridad y futuro europeo están amenazados», dijo la presidenta moldava, Maia Sandu, a pocos días de los comicios.
Según la mandataria, el Kremlin está «gastando cientos de millones de euros en la compra de cientos de miles de votos a ambos lados del Dniéster y más allá de las fronteras del país».
Mientras, la oposición moldava, partidaria del acercamiento a Moscú, acusó a las autoridades de «intimidar» a los votantes y tachó al Gobierno de ser «marionetas» de Bruselas.
En los comicios presidenciales del año pasado, los partidarios de Rusia y la UE ya se fajaron en una ajustada pugna electoral, que finalmente fue ganada por la europeísta Sandu.
¿Pasará PAS?
La principal incógnita de estos comicios es si el gobernante Partido Acción y Solidaridad (PAS) renovará su actual mayoría en el Parlamento, suficiente para gobernar sin pactos.
Actualmente, el PAS cuenta con 63 de los 101 mandatos en el Parlamento unicameral de Moldavia al obtener el 52,80 % de los votos en las parlamentarias de 2021.
El partido de Sandu apuesta por la entrada de la antigua república soviética en la Unión Europea para 2030.
El modelo económico que defiende la formación busca acercar la legislación a la europea para facilitar el acceso a fondos de la UE destinados al desarrollo de infraestructuras, energía y agricultura.
El partido promete además continuar las reformas judiciales para combatir la corrupción y crear un clima empresarial predecible, lo que se ha visto respaldado por la extradición el jueves desde Grecia del mayor oligarca moldavo, Vladímir Plahotniuc.
En el sector energético, se planea fortalecer la independencia de Rusia mediante la construcción de líneas eléctricas y gasoductos.
El votante medio del PAS son los ciudadanos proeuropeos, los jóvenes y los miembros de la diáspora.
Patriotas prorrusos
El principal competidor de PAS en las elecciones del domingo es el Bloque Patriótico, liderado por el socialista y expresidente moldavo, Ígor Dodon.
Los opositores ofrecen una alternativa al modelo actual de economía, basada en el acercamiento a Rusia y la Unión Económica Euroasiática, liderada por Moscú.
La principal promesa electoral es reducir las facturas por el consumo energético mediante un contrato a largo plazo con la gasística rusa Gazprom y la reanudación de los vuelos con Moscú.
Los opositores prometen también abrir el mercado ruso para los productos agrícolas moldavos, lo que se convertirá en un estímulo para el desarrollo de las zonas rurales del país, considerado hasta hace poco como el más pobre de Europa.
Según el Bloque Patriótico, el rápido acercamiento a la UE y los acuerdos con los Veintisiete limitan la soberanía del país, por lo que se apoyan en los nostálgicos de la URSS y regiones dependientes del comercio con Rusia.
Los opositores al Gobierno acusan a las autoridades de altas tasas de inflación y la imparable emigración de moldavos en busca de una vida mejor.
Campaña crispada
La campaña electoral en Moldavia está repleta de escándalos en los que el Gobierno y la oposición prorrusa se acusan de trabajar para fuerzas extranjeras que intentarían minar la soberanía nacional.
En agosto los líderes de Alemania, Francia y Polonia visitaron Chisinau en el Día de la Independencia, lo que los expertos interpretaron como un claro apoyo de la UE a Sandu.
La mandataria moldava afirmó a comienzos de septiembre que las fuerzas prorrusas llevan a cabo una «guerra híbrida» en Moldavia para conquistar el país en las urnas.
Mientras, a una semana de las elecciones las autoridades practicaron más de 270 registros e informaron de la detención de más de 70 personas, presuntamente, implicadas en un plan para la desestabilización de la situación, coordinado por Moscú.
Los opositores, por su parte, acusaron a las autoridades de intentos de «acallar» a sus detractores con arrestos de críticos del Gobierno y la prohibición de partidos prorrusos a varios meses de los comicios.
Las últimas encuestas muestran que el apoyo al partido gobernante se situaría en torno al 28,6 %, insuficiente para que PAS gobierne en solitario, como lo hizo tras las parlamentarias de 2021.
En el segundo lugar se sitúa el Bloque Patriótico, que cosecharía un 13,9 % de los votos.
Los demás partidos balancean en torno al 5 %, el umbral necesario para entrar en el Parlamento. Mientras, alrededor de un tercio de los votantes son indecisos.
La participación ciudadana, sobre todo la de la diáspora, será, al igual que en los comicios anteriores, clave para definir al ganador, predicen los expertos.