Madrid, 5 jul (EFE).- Francisco Salazar, hombre de plena confianza de Pedro Sánchez tanto en el Gobierno como en el PSOE, ha pasado en unas horas de estar a punto de acumular a sus responsabilidades la de adjunto a la Secretaría de Organización socialista, a ser apartado de sus cargos tanto en Ferraz como en Moncloa.
Tras la crisis provocada por Santos Cerdán, Sánchez pensó en él para formar parte de una Secretaría de Organización más colegiada, con Rebeca Torró al frente, para aumentar los controles internos a la hora de tomar decisiones.
Pero la información publicada por elDiario.es sobre denuncias de acoso, en un momento en el que el PSOE es muy sensible a este asunto, ha hecho rectificar al líder socialista y Salazar no sólo no tendrá nuevas responsabilidades, sino que se aparta de las que tenía.
No será ya por tanto ni miembro de la Ejecutiva socialista ni tampoco secretario de Coordinación Institucional de la Presidencia del Gobierno a la espera de que haya las investigaciones oportunas.
Salazar, nacido en la localidad sevillana de Montellano en 1968, ha estado situado siempre en un segundo o tercer plano en la política nacional.
A ella llegó después de haber sido alcalde de su localidad natal y concejal del ayuntamiento de Dos Hermanas (Sevilla), cuna de la resurrección de Pedro Sánchez en las primarias.
Se afilió al PSOE en 1992 y era secretario de Acción Electoral desde 2017, además de diputado por Sevilla en el Congreso durante la XIII y XIV legislatura.
Licenciado en Ciencias Políticas, a Paco Salazar, que es como le conocen en el partido, se le considera una pieza clave de las relaciones entre La Moncloa y la dirección socialista de Ferraz, y de hecho fue de los primeros en llegar al gabinete inicial de Pedro Sánchez y, al poco, se convirtió en el número dos de Iván Redondo.
Salió de Moncloa cuando Redondo abandonó el cargo, y pasó entonces dos años como presidente del Hipódromo de la Zarzuela, aunque fue rescatado de nuevo por el jefe del Ejecutivo.
Salazar trabajó con Óscar López como director de gabinete antes de que éste fuera nombrado ministro de Transición Digital, y tras la llegada de Diego Rubio en su lugar, Salazar permaneció como cierto enlace con Ferraz gracias al peso de la vicepresidenta y vicesecretaria general, María Jesús Montero, en el Gobierno y el partido.
De familia humilde, Salazar pudo estudiar y sacar el grado de ingeniero técnico agrícola pero siempre tuvo interés por la política y ocupó cargos municipales, primero como concejal, compatibilizando su acta con su vida profesional privada porque no tenía sueldo público.
Realizó un máster en gestión medioambiental y llegó a la Alcaldía de su pueblo de 2003 a 2008 tras lo cual ocupó la dirección general de la Memoria Histórica en la Junta de Andalucía, y de ahí a Dos Hermanas donde mantuvo una gran relación con el «eterno» alcalde de la localidad Francisco Toscano.
A Andalucía aseguran fuentes socialistas que se ha desplazado este mismo sábado tras las informaciones que han provocado un cambio radical en su vida política.