Paco Aguado
Zaragoza, 23 abr (EFE).- La corrida que cerró este miércoles, día del patrón local, la feria de San Jorge de Zaragoza resultó un espectáculo desastroso por la acusada mansedumbre del encierro salmantino de Castillejo de Huebra y, ante sus complicaciones en la suerte suprema, también por la larga cantidad de avisos que sonaron, seis de ellos para David Galván, al que le echaron al corral los dos astados de su lote.
Los toros ‘murubeños’ de la ganadería charra, que sustituían a los de Julio de la Puerta que ayer rechazaron los veterinarios, desarrollaron, del primero al último, e incluyendo también a los dos sobreros que hubieron de salir al ruedo, una mansedumbre tan acusada como extraña.
La mayoría comenzaban ya a acusarla en los primeros tercios, sin emplearse en los engaños y saliendo distraídos de las suertes, para llegar al último tercio, en muchos casos, yéndose de las suertes camino de las tablas, sin fijeza alguna y sin pararse una sola vez ante la insistencia de toreros y cuadrillas para frenar la huida.
Extraño comportamiento, sí, que ya se había visto en muchas de las reses de los otros encierros de la feria, aunque nunca de forma tan descarada como el de estos seis de hoy, pertenecientes a una ganadería que, normalmente, se caracteriza por el buen son y la brava nobleza de sus ejemplares.
Dos de esos toros que volvieron grupas y no dejaron de andar por delante, que no por detrás, de los toreros fueron los del lote de David Galván, que los pasó de muleta sin exigirles ni exigirse demasiado en sendas faenas de aparente vistosidad y poca consistencia y que, tal vez por esa escasa autoridad, no lograron que los astados juntaran las manos a la hora de la estocada.
Tan descaradamente rajados, lo mismo el titular que el sobrero, el diestro gaditano apenas llegó a meterles la espada en un par de ocasiones, pues ambos no pararon de huir al hilo de las tablas, entre la inoperancia de cuadrilla y matador, que tampoco acertó con el descabello (incluso siendo arrollado por su primero), dando así tiempo a que, en un caso inaudito en últimos años, la presidencia ordenara que sonaran los tres avisos en ambos turnos.
Quien mejor solventó la papeleta, o al menos con mayor diligencia y mejor estrategia lidiadora, fue Borja Jiménez, que ya durante la lidia sujetó y dominó mejor a sus dos mansos, sin arredrarse ante sus raras reacciones.
Y sucedió así lo mismo con un segundo al que siempre tapó las huidas con la muleta a la altura requerida, hasta que el animal ya se negó, que con un quinto que se vino tan pronto como se iba pero al que ligó tandas de estimables muletazos mientras no afloró del todo su mansedumbre. Y al que además acertó a matar en los medios y en la suerte de recibir como hábil recurso puntual.
La aparatosa mansada fue una seria papeleta para Tristán Barroso, en la que era la segunda corrida de su vida tras la alternativa que tomó el pasado sábado en el anfiteatro romano de Arles (Francia). Aún así, se plantó muy firme cono un tercero que a sus cinco años de edad añadía 660 kilos de peso y un áspero mal estilo en las escasas arrancadas que tuvo.
Aunque el toraco se frenaba y no humillaba, el nuevo matador le sacó unos cuantos pases de mérito por ambas manos, que ya no pudo lograr con el sobrero que salió en último turno, que sembró el caos en los primeros tercios con sus acelerados arreones hacia las tablas y al que, sin volver la cara ni perder tiempo, Barroso acabó tumbando como pudo pero a tiempo para que no le sucediera lo que a su compañero Galván.
FICHA DEL FESTEJO

Tres toros de Castillejo de Huebra (el 4º como sustituto de uno de Sánchez devuelto por flojo) y tres de José Manuel Sánchez (1º, 5º y 6º, este como segundo sobrero en sustitución de otro del mismo hierro devuelto por inválido, varios de ellos cinqueños). Aunque seria de trapío, la corrida tuvo un muy desigual remate y mucha variedad de alzadas. Sin excepción, y con casos más acusados que otros, fue una corrida mansa y descastada, sin celo en los engaños y rajada y huída en el último tercio.
David Galván, de clorofila y plata: estocada trasera atravesada que asoma, pinchazo y dos golpes de descabello (división de opiniones tras tres avisos); estocada trasera desprendida y ocho golpes de descabello (bronca tras tres avisos).
Borja Jiménez, de blanco y oro con remates negros: media estocada atravesada y estocada honda atravesada (silencio); media estocada caída y seis descabellos (silencio tras aviso).
Tristán Barroso, de violeta y oro: pinchazo, media estocada desprendida y descabello (silencio tras aviso); media estocada perpendicular, pinchazo, media estocada caída trasera, tres pinchazos y dos descabellos (silencio tras aviso).
Cuarto y último festejo de la feria de San Jorge, con algo más de un tercio de entrada en los tendidos (unos 4.000 espectadores).
