Nueva York, 29 abr (EFE).- El presidente de Paraguay, Santiago Peña, pidió este martes ante las Naciones Unidas (ONU) poner fin a los subsidios agrícolas, a los que calificó como “enemigos mortales” del libre comercio.
“Los subsidios son los enemigos mortales del libre comercio, son simplemente injustos y ofenden cualquier sentido de justicia. Les ruego, pongamos fin a esta práctica”, manifestó el líder paraguayo, que participó como orador en la 66 sesión plenaria del 79 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Peña afirmó que los subsidios agrícolas dañan a países como Paraguay, donde la agricultura es la “columna vertebral” de su economía, y lamentó que enfrenten “estas injustas parodias del libre comercio”.
“La agricultura no es solo una fuente de ingresos para nosotros, es la columna vertebral de nuestra economía, nuestra subsistencia y un medio de vida para muchos paraguayos”, enfatizó.
“Esos enemigos del libre comercio y la equidad, los subsidios agrícolas, no sólo no han sido eliminados, sino que están prosperando”, reclamó el gobernante, quien llegó el sábado a Estados Unidos para una visita que incluirá las ciudades de Nueva York y Los Ángeles.
En ese sentido, el mandatario destacó que “la reforma agrícola” es uno de los asuntos “no resueltos más urgentes”.
“Los mercados agrícolas siguen estando entre los más distorsionados en el comercio global”, analizó el gobernante, que ha abogado por “mejoras en el acceso a los mercados y la reducción de subsidios que -considera- distorsionan la producción y el comercio”.
Por otra parte, Peña criticó que el sistema actual de resolución de controversias en el comercio, al considerar que “simplemente no funciona”.
En ese sentido, se quejó de que los países desarrollados “toman medidas unilaterales sin consideración de las consecuencias” sobre las naciones más pequeñas, a las que llamó “víctimas”.
En concreto, se refirió al “actual estancamiento” en el Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que lo consideró un “desafío fundamental para la credibilidad del sistema”.
“Sin un mecanismo efectivo para resolver conflictos, el sistema se vuelve en una tiranía del poder”, apuntó.