Madrid, 3 jul (EFE).- Sergio Scariolo (Brescia, 1961) iniciará su segunda etapa en el Real Madrid, al que ya dirigió entre 1999 y 2002, y con ello pondrá fin a su paso por la selección española, de donde se marcha como el técnico más laureado en la historia, tras haber pasado en ella 13 de los últimos 16 años.
Un oro mundial, una plata y un bronce olímpicos, y cuatro oros y un bronce europeo, ocho medallas en total, quedan en la hoja de servicios de Scariolo, quien sacó gran parte del jugo que tenían los ‘juniors de oro’ y que ha asumido en los últimos años la transición tras la progresiva retirada de estos, sin por ello perder la competitividad.
Heredero del trabajo hecho por José Vicente ‘Pepu’ Hernández y por Aíto García Reneses primero, y también del de Juan Antonio Orenga después de su retorno, el italiano sólo se marchó de dos competiciones internacionales sin podio entre 2009 y 2022: el Mundial de 2010 y los Juegos de Tokio 2020.
El resto fue exitoso, antes de que el equipo sufriera la retirada de sus grandes figuras, lo que se tradujo en un bajón de resultados en los dos últimos torneos, el Mundial de 2023 y los Juegos de París 2024; un problema que ya se veía venir y que, contra todo pronóstico, fue capaz de sortear en el Eurobasket 2022 con un oro que parecía ‘ciencia ficción’. Un trabajo de sobresaliente que siempre ha sido apreciado por la Federación Española de Baloncesto (FEB), quien no dudó en permitir que compaginara su labor en la selección con los banquillos de clubes.
Sin embargo, esa ‘doble vida’ -hasta ahora- nunca se dio en España. Durante su estancia como seleccionador entrenó al Khimki ruso, al Olimpia Milán, al Virtus Bolonia y fue asistente en los Toronto Raptors. En cambio, se fue para entrenar al Baskonia y hará ahora lo propio para tomar las riendas del Real Madrid, al que desde hace tiempo se le venía vinculando.
Este miércoles, cuando se anunció su salida del banquillo de la selección tras el Eurobasket, él mismo comentó que «durante un tiempo relativamente corto» tendría que «compatibilizar» su labor como seleccionador «con una fase de verano en un club». Este jueves se despejó la incógnita.
Y es que ambas partes parecían condenadas a volver a encontrarse, aunque para ello han sido necesarios más de veinte años, después de que su primera estancia se saldara ‘sólo’ con un título liguero y una final copera, en una situación de menor estabilidad de la que parece vivirse ahora, en la que su predecesor, Chus Mateo, otrora ayudante suyo, se ha marchado con seis títulos y diez finales en tres años.
Ahora tendrá la tarea de aprovechar esa labor bien hecha, que viene de largo tras el glorioso paso previo de Pablo Laso, para aportarle su toque personal e intentar ganar más títulos que la Liga conquistada este año, la cual supo a poco al no llegar a la Final a Cuatro de la Euroliga y ceder en los duelos por el título de la Copa del Rey y de la Supercopa contra el Unicaja de Málaga.
El cuadro andaluz, donde dejó un sabor de boca envidiable que se tradujo en una Liga y una Copa, será uno de sus máximos rivales en este nuevo periodo, en el que, pese a sus últimos años en la selección, sólo contará, de primeras, con tres jugadores que han pasado por sus manos: Sergio Llull, Alberto Abalde y Usman Garuba. Y con otro en los despachos, Sergio Rodríguez, nuevo director deportivo.
Queda por ver cómo se configura el resto de la plantilla, en la que tendrá mimbres para dar continuidad a la dinámica ganadora que se ha instalado en la entidad en los últimos años y posiblemente nuevos refuerzos para una temporada donde el calendario será incluso más exigente por el aumento de equipos en la Euroliga.
Carlos Mateos Gil