Science retira el polémico estudio de 2010 de la bacteria que usaba arsénico para crecer

Imagen de archivo del logo de la NASA. EFE/AARON M. SPRECHER

Redacción Ciencia, 24 jul (EFE).- La revista Science ha retirado el polémico artículo de investigación sobre la bacteria que utilizaba arsénico para crecer publicado en 2010 y que, desde entonces, ha sido objeto de críticas por parte de la comunidad científica.

Así lo ha anunciado este jueves la publicación, que tras 15 años de debates e intentos fallidos de reproducir el hallazgo por otros grupos, ha decidido retractarse del artículo titulado «Una bacteria que puede crecer utilizando arsénico en lugar de fósforo», liderado por Felisa Wolfe Simon, astrobióloga de la NASA en ese momento.

El informe de 2010 describía una bacteria, GFAJ-1, que supuestamente no solo crecía en presencia de arseniato, que normalmente es altamente tóxico, sino que también crecía «utilizando» los átomos de arsénico e incorporándolos a los ácidos nucleicos.

La NASA, que financió el estudio, celebró una conferencia de prensa anunciando los hallazgos como prueba de la «vida arsénica», un gran avance en la astrobiología, recuerda el texto que anuncia hoy la retractación.

Las formas de vida hasta ahora conocidas se componen principalmente de seis elementos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo. El arsénico es, típicamente, tóxico para los organismos vivos, pero sus propiedades químicas son similares a las del fósforo.

Desde la publicación en 2010, que causó un revuelo mediático, el estudio ha sido objeto de debate y críticas dentro de la comunidad científica, que envió a la revista «una avalancha» de comentarios.

En 2011, tras su publicación en línea el año anterior, Science publicó finalmente la versión impresa del artículo acompañada de ocho comentarios técnicos y una respuesta de Wolfe-Simon y del resto del equipo.

En 2012, reprodujo dos artículos que no lograban reproducir los resultados del estudio (uno de ellos concluyó que la bacteria es resistente al arsénico, sí, pero también depende del fosfato). En ese momento, la revista se negó a retirarlo basándose en la opinión de que no había habido fraude deliberado ni conducta indebida.

Aunque se mantiene esta opinión, las normas editoriales de Science, basadas en las directrices recomendadas por el Comité de Ética Editorial, se han ampliado.

En la actualidad, si los editores determinan que los experimentos descritos en un artículo no respaldan sus conclusiones principales, incluso si no se ha producido ningún fraude o manipulación, se considera apropiada la retractación, explica la revista.

«Por lo tanto, Science ha decidido que este estudio cumple los criterios de retractación según los estándares actuales y retira oficialmente el artículo de investigación».

Esta retirada se publica junto con una carta en línea de casi todos los autores del estudio de 2010, que no apoyan la decisión.

«Si bien nuestro trabajo podría haberse redactado y analizado con mayor detenimiento, mantenemos la veracidad de los datos tal como se presentan. Estos fueron revisados por pares, debatidos abiertamente en la literatura y estimularon una investigación productiva».

El actual editor jefe de Science, Holden Thorp, y su editora ejecutiva, Valda Vinson, esperan que esta decisión ponga fin a la controversia, a pesar del desacuerdo con los autores.

Para Andrés de la Escosura Navazo, del Instituto de Investigación Avanzada en Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Madrid, si unos resultados parece que conducen a conclusiones que cambian radicalmente el paradigma de una rama del conocimiento (…), «el sistema debe cuestionarse entonces esas conclusiones de un modo todavía más riguroso de lo que es habitual en ciencia».

«Las expectativas creadas y la excesiva mediatización pueden, sin embargo, dificultar ese análisis crítico. Es, probablemente, lo que sucedió en esta ocasión. Tanto la revista como los autores reconocen en sus cartas que las cosas se pudieron haber hecho de otra manera», señala a Science Media Centre (SMC) España, una plataforma de recursos científicos para periodistas.

Para César Ángel Menor Salvan, de la Universidad de Alcalá, «la retractación es tan polémica como el propio artículo y ha dolido bastante en la NASA, donde han luchado bastante durante mucho tiempo para evitarla».

«Por eso pienso (al revés que muchos colegas) que esta es excesiva, pues conlleva una carga reputacional negativa que es quizá injusta», dice a SMC.