París, 9 oct (EFE).- El juicio a José Antonio Urrutikoetxea, ‘Josu Ternera’, que debería haberse iniciado esta semana en París, y que condiciona la entrega a España del antiguo dirigente etarra, ha sido aplazado al 9 y 10 de abril a causa de los riesgos cardiovasculares constatados por un médico designado por la Justicia.
El Tribunal de Apelación de París decidió este jueves posponer el proceso a la vista del peritaje médico a ‘Josu Ternera’ encargado la víspera, en el que el forense que lo examinó concluyó que a la vista de los antecedentes que presenta, «parece poco razonable» que se desplace hasta la capital francesa desde San Juan de Luz, la localidad vascofrancesa donde vive en libertad bajo control judicial.
El médico, al que el tribunal había pedido un informe independiente, constató que Urrutikoetxea, que tiene 74 años, tiene problemas de hipertensión y recopiló informaciones de las últimas consultas que ha tenido con profesionales sanitarios.
En particular, su paso el 30 de septiembre pasado por las urgencias de San Juan de Luz, por la posibilidad de sufrir un accidente vascular cerebral.
Su estado de salud ese día no se consideró suficientemente grave para su hospitalización, pero sí para indicarle que tenía que consultar con un cardiólogo y someterse a pruebas adicionales.
La presidenta del tribunal, Isabelle Schoonwater, que admitió que «este juicio ha acumulado mucho retraso», señaló al leer el dictamen sobre el aplazamiento que Urrutikoetxea será de nuevo examinado por el mismo médico forense unos días antes de las nuevas fechas para evaluar si puede trasladarse a París y en caso de que no, si podría seguir el proceso por vídeoconferencia.
Una posibilidad que el abogado de la defensa Laurent Pasquet-Marinacce quiso descartar de entrada en primer lugar con el argumento de que eso no es legal.
La fiscal, Naïma Rudolf, insistió en que «en algún momento el señor Urrutikoetxea tiene que comparecer», y en alusión al hecho de que un juicio como este le puede generar un estrés que aumente el riesgo cardiovascular indicó que «cualquier audiencia genera ansiedad».
Pasquet-Marinacce subrayó que la defensa quiere que en el juicio declaren cuatro o cinco testigos de la defensa, entre ellos el veterano socialista vasco Jesús Eguiguren, el político norirlandés y antiguo miembro del IRA Gerry Kelly, o el abogado surafricano Brian Currin, implicado entre otros en el proceso de paz que puso fin al apartheid en su país.
Este sumario, que se refiere a su supuesta implicación con ETA entre 2002 y 2005, es el último que tiene abierto Josu Ternera en Francia. Por esos hechos ya fue condenado en rebeldía en 2010 a siete años de cárcel, pero al ser capturado tras más de 17 años de clandestinidad en los Alpes franceses en 2019, pidió -como era su derecho- que se repitiera el juicio en su presencia.
Eso debería haber ocurrido en principio en 2021 pero su defensa consiguió, amparándose en cuestiones formales, que la causa volviera a la fase de instrucción y luego se ha ido posponiendo de forma repetida.
Más allá de dirimir sus presuntas responsabilidades en esos hechos, este proceso es relevante porque de su finalización depende que Josu Ternera tenga que responder por fin a las dos euroórdenes españolas contra él a las que la Justicia francesa ya ha dado su visto bueno y a las que pudieran venir en el futuro, teniendo en cuenta que la Audiencia Nacional lo ha vuelto a imputar en los últimos meses.
Esas dos solicitudes de entrega a España ya aprobadas se refieren al atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987, en el que fueron asesinadas once personas, y a la financiación de ETA a través de las ‘herriko tabernas’.