Dakar, 2 jun (EFE).- Pascaline Diatta tiene 35 años y no sabe si su regreso desde España a Senegal le traerá un futuro repleto de patatas o de cebollas. Lo que sí tiene claro es que espera volver con conocimientos y experiencia bajo el brazo.
Diatta, oriunda de Ziguinchor, en la región de Casamance (sur senegalés), participó en las jornadas de formación ofrecidas la pasada semana en Dakar por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La joven fue seleccionada para la presente edición del programa de migración circular lanzado en Senegal por el Gobierno español, dirigido a incorporar trabajadores al sector agrícola.
“Nosotras ya trabajamos en la agricultura en Casamance, sobre todo cultivamos arroz y otros productos, pero queremos avanzar hacia una agricultura más moderna. Sabemos que España está muy desarrollada en este sector, que produce muchísimo”, explica a EFE.
A partir de mediados de junio, está previsto que Diatta trabaje entre siete y nueve meses en la recolección de frutas, en principio en la provincia española de Segovia. Su marido y sus dos hijos, de 7 y 14 años, se quedarán en Senegal.
“Muchos de los productos que consumimos aquí, como las cebollas, vienen precisamente de allá. Para nosotras, es una oportunidad de adquirir experiencia, trabajar en grandes empresas agrícolas y, al regresar, intentar aplicar ese conocimiento aquí, especialmente en Casamance”, añade.
Como Diatta, decenas de jornaleros senegaleses se presentaron a las sesiones formativas previas a su partida hacia el campo español, dentro del programa GECCO (Gestión Colectiva de Contrataciones en Origen).
Migración ordenada y segura

Se trata de una iniciativa respaldada por el Gobierno de España, que se ha convertido en referente internacional de migración regular, ordenada y segura.
“(Es importante) que las personas cuenten con información para tomar decisiones informadas, incluso antes de ser seleccionadas y de decidir firmar el contrato (…) para saber cuáles son las condiciones laborales, cuáles son sus derechos, pero también cuáles son sus obligaciones”, explica a EFE Agustín Mussini, responsable del programa de migración laboral de OIM España.
“Les estamos dando información clave sobre en qué consisten los programas de migración laboral circular, cuáles van a ser sus principales tareas una vez en España, y además, todo lo que tenga que ver con documentación clave”, como el contrato o la nómina, añade Mussini.
El programa GECCO, desarrollado en países como Marruecos o Senegal, establece las normas para la contratación con derechos y garantías de miles de trabajadores migrantes temporales, muchos de ellos mujeres.
Sólo en 2023 y 2024, cerca de 40.000 personas fueron contratadas bajo este esquema.
“Es una iniciativa liderada por el Estado, lo que les da un paraguas de protección también mucho más importante”, subraya Mussini.
“Con esto van a poder enviar remesas o van a poder invertir de nuevo en Senegal”, agrega.
En esta primera fase de las formaciones toman parte más de 460 personas de distintas regiones en Senegal que van a participar en las campañas de este año en España.
Aunque la cifra puede parecer modesta, la demanda para enrolarse este año en el programa fue abrumadora: más de 24.000 personas presentaron su candidatura, pese las estrictas condiciones de la oferta —candidatos de entre 25 y 55 años con experiencia en el sector agrícola-, según el Gobierno senegalés.
El principio de circularidad es una de las claves del modelo GECCO. Los participantes pueden obtener una autorización plurianual de cuatro años, que permite trabajar nueve meses por cada año natural. Una vez finalizado el contrato, deben regresar de manera inmediata a su país y acreditar su retorno en tiempo y forma.
Senabou Dieng, otra de las jornaleras participantes y también de Ziguinchor, se muestra ilusionada. “Estoy interesada en este programa porque quiero ir a trabajar, adquirir conocimientos y poder aplicar todo eso también en mi país. Y también para ganar dinero y así poder ayudar a mi familia”, asegura a EFE.
Sobre si volverá al acabar el programa, Dieng es clara: “Por supuesto. Dejaré a mi familia aquí: mis hijos, mi marido. ¿Por qué no volver? También tengo una madre mayor y quiero estar cerca de ella”.
En Dakar, la formación no solo prepara para cosechar fruta, sino también para sembrar la semilla de una migración más segura.
Eduardo S. Molano