Bogotá, 26 ago (EFE).- La precandidata presidencial María José Pizarro afirma en una entrevista con EFE que Colombia está preparada para «estrenar una conducción femenina del Estado», en un «segundo Gobierno progresista», y que en caso de ganar en 2026 apostará por dar continuidad a las políticas del mandatario Gustavo Petro.
«Creo que Colombia está preparada para estrenar una conducción femenina del Estado. Creo además que este Gobierno ha mostrado resultados que son importantes en materia económica y social», expresa Pizarro, senadora del partido oficialista Pacto Histórico.
La congresista, hija del asesinado excandidato presidencial y excomandante de la guerrilla del M-19 Carlos Pizarro Leongómez, considera que Petro «ha hecho un gran envión y se requiere un segundo Gobierno progresista».
«Soy una mujer que además tiene las capacidades que se requieren en este momento del país. Se requiere diálogo, capacidad de conversar y de poder sentar en la misma mesa a distintos sectores sociales y políticos para tratar temas tan importantes como la seguridad, el desarrollo», afirma.
Pizarro participará el 26 de octubre en la consulta abierta en la que el Pacto Histórico escogerá a su candidato presidencial de cara a las elecciones del 31 de mayo del año próximo, en las que se elegirá al sucesor de Petro.
«No creo en la política del espectáculo»

El actual Gobierno colombiano ha tenido figuras como el ministro del Interior, Armando Benedetti, o el exjefe de Despacho Presidencial Alfredo Saade, que han causado escozor entre los militantes de izquierda del Pacto Histórico, ya que son dos políticos que han hecho carrera en partidos de derecha.
Al ser preguntada sobre la posible presencia de figuras como ellos en un eventual Gobierno suyo, Pizarro responde tajantemente: «No creo en la política del espectáculo, no es la forma en la que concibo (que) debe hacerse la política si uno piensa de manera responsable con el país».
«Tendremos que trabajar, sí, con todos los sectores políticos de este país: dialogar, escuchar, entender cuáles son sus propuestas, pero también alinearnos con aquellas personas que entienden que la política debe cambiar en Colombia», señala.
La necesidad de buscar la paz
Petro reconoció el pasado 20 de julio, durante la instalación del nuevo periodo de sesiones del Congreso, que «no ha logrado la ‘paz total'» con los grupos armados, una de las banderas de su Gobierno, pero aseguró que seguirá apostando a negociar con las guerrillas y las principales bandas criminales del país.
Al respecto, Pizarro, que hizo parte del equipo negociador del Gobierno con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), considera que «una política de paz es imprescindible, no es algo negociable, la tiene que tener cualquier Gobierno de este país después de 200 años de conflicto armado».
Esta política debe ir ligada con la de seguridad, que en Colombia, explica, «había estado tradicionalmente enfocada en la lucha contra insurgente, en el concepto del enemigo interno».
«Hemos entrado en un ciclo diferente. Hoy tenemos que atender de manera distinta los problemas de seguridad que tenemos y por lo tanto hemos hablado de convocar un gran pacto por la seguridad», afirma.
Esta propuesta debe responder «a la necesidad inmediata de seguridad que tienen los ciudadanos», pero también «solucionar los problemas estructurales que conducen a millones a la violencia y a las economías ilegales».
El legado de su padre
Carlos Pizarro fue el último comandante de la guerrilla del M-19, a la que llevó el 9 de marzo de 1990 a la firma de la paz con el Gobierno del presidente Virgilio Barco (1986-1990), y entró en la política como candidato presidencial de la recién creada Alianza Democrática M-19.
El 26 de abril de 1990, menos de dos meses después de firmar la paz, Pizarro fue asesinado por un sicario que le disparó en un avión en pleno vuelo cuando se dirigía a Barranquilla para un acto electoral.
En opinión de la hoy candidata, su padre dejó un legado que «se materializa por un lado en la Constitución de 1991», en cuya formulación participaron miembros de la Alianza Democrática M-19, y por el otro en ver que hay «una comprensión de la paz distinta».
«El M-19 firmó la paz porque quiso y pese a que el Gobierno y el Estado en ese momento incumplieron todos los acuerdos, inclusive respetar y proteger la vida de mi padre. Quienes hicieron parte del M-19 hoy, 35 años después, defienden sus posturas en democracia y hoy tenemos un presidente de la República que fue parte del Movimiento 19 de Abril», concluye la senadora.
Jorge Gil Ángel