Madrid, 10 abr (EFE).- Emocionado, Joan Manuel Serrat ha celebrado este jueves la entrega de parte de su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes y ha reivindicado la herencia de Don Quijote, “que en el siglo XXI saldría muy mal parado, mucho peor que lo que salió en su época original”.
“No he hecho prácticamente nada en la vida pensando que iba a dejarle algún legado a nadie y a nada, ni cuando mis hijos nacieron. Han sido cosas que han ido ocurriendo en la vida, a la cual estoy muy agradecido porque me ha permitido ejercer un oficio que me ha hecho muy feliz, que me ha permitido expresarme y encontrarme con los demás”, ha destacado a la prensa al inicio del homenaje.
En la que fuera la cámara acorazada del viejo Banco Español de Río de la Plata ha dejado la partitura original de la canción ‘Mediterráneo’, con anotaciones suyas, así como una copia “que anda desgajándose” del primer álbum que grabó en 1965 y un ejemplar de una antología de Miguel Hernández que usó para musicar en otro de sus emblemáticos discos los versos del poeta.
“Me siento muy emocionado por tener que dejarlos. ¿Podré retirarlos en algún momento?”, ha preguntado con humor al depositarlos en la caja número 1.276, junto con la primera máquina de escribir portátil que tuvo, con la que viajó por el mundo y que llenó “muchas horas en que los sueños tenían ganas de plasmarse en papel”.
Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, le ha reconocido, entre esos compartimentos que encierran ya “las mejores herencias del pasado en un compromiso con el pasado”, el poder creativo de sus letras y su diálogo con la poesia del citado Hernández, de Alberti o Machado entre tantos otros, así como al Noi de Poble Sec por su contribución a la Nova Canço y la cultura en catalán.
“Querido Nano, nos has enseñado a vivir con versos en la boca”, le ha dicho, tras afirmar, parafraseándole, que “recibir su legado es una fiesta”.
Este acto se ha enmarcado a su vez en la entrega que le ha hecho la Asociación de Editores de Madrid del premio Antonio de Sancha 2025 “por ser un ejemplo de honestidad personal e intelectual, y en reconocimiento a su obra como parte de la educación sentimental de varias generaciones de españoles y americanos”.
“Cada vez que alguien premió alguna cosa en algún momento de mi trabajo, me sentí un hombre extraordinario, feliz conmigo mismo. Los premios, en tanto te los dan con cariño y con respeto por lo que haces, te provocan también a ti cariño y respeto por todos los demás”, ha subrayado Serrat.
Ha destacado asimismo la importancia de quienes le otorgan esta vez un premio, los editores, “un gremio fundamental en el mundo de la literatura, para los escritores y para los lectores”.
En ese sentido, durante el acto ha querido acordarse por ejemplo de aquel ejemplar de Miguel Hernández que ha legado y que compró en 1966 “un poco a contrabando” gracias a una editorial, Losada, a la que su generación “jamás agradecerá” lo que fue su labor para su mundo “cuando a nuestros pies solo teníamos cardos y rocas”.