Seúl tiende la mano a Pionyang en el aniversario de la liberación colonial nipona de Corea

El presidente Lee Jae Myung asiste a la séptima reunión con sus secretarios superiores desde que asumió el cargo en la oficina presidencial en Seúl, Corea del Sur, el 14 de agosto de 2025. EFE/EPA/YONHAP SOUTH KOREA OUT

Seúl, 15 ago (EFE).- El presidente surcoreano, Lee Jae-myung, aprovechó la conmemoración este viernes del 80 aniversario del fin del dominio colonial nipón de la península coreana con la rendición de Tokio en la Segunda Guerra Mundial, para enviar un mensaje conciliador a Pionyang para un acercamiento al que viene negándose.

Durante la ceremonia conmemorativa de la efeméride, Lee ofreció una rama de olivo al Norte y expuso su visión sobre la desnuclearización de la península y una coexistencia pacífica.

«Afirmamos nuestro respeto por el sistema actual de Corea del Norte, afirmamos que no buscaremos ninguna forma de unificación por absorción y afirmamos que no tenemos intención de participar en actos hostiles» contra el territorio vecino, dijo Lee en su discurso durante el acto, recogido por la agencia local de noticias Yonhap.

El mandatario surcoreano aseguró desde el Centro Sejong de Artes Escénicas de Seúl, donde tuvo lugar la ceremonia, que para evitar enfrentamientos accidentales entre las dos Coreas y fomentar la confianza militar, su país tomará «medidas proactivas y graduales» para restablecer el pacto de distensiones militares de 2018.

El acuerdo, suscrito por el líder norcoreano, Kim Jong-un, con la entonces Administración del también liberal Moon Jae-in en un momento de deshielo de relaciones y acercamiento con Estados Unidos, fue abandonado posteriormente por ambos países durante el Gobierno del conservador Yoon Suk-yeol, tras el distanciamiento que siguió al estancamiento de las negociaciones sobre desnuclerización.

Lee insistió en la importancia de este punto para lograr una coexistencia en paz: «Una península pacífica debe estar libre de armas nucleares y basarse en la cooperación amistosa con los países vecinos», señaló al respecto.

Desde su llegada al poder a principios de junio, el mandatario de Corea del Sur ha adoptado una postura de acercamiento con Pionyang y ha tomado medidas como desmantelar los altavoces de propaganda contra el régimen en la frontera, la reanudación de valoración de programas de ayuda al país vecino y llamados al diálogo.

El mensaje de Lee se produce un día después de que Kim Yo-jong, la influyente hermana del líder norcoreano, volviera a rechazar la posibilidad de cualquier acercamiento intercoreano, refiriéndose a tal escenario como una «utopía», y afirmara, además, que el rechazo del régimen a la mejoría de lazos con el Sur «se fijará en la Constitución en el futuro».

La Carta Magna norcoreano ya define a Seúl como «el enemigo número uno».

El Ministerio de Unificación surcoreano defiende, no obstante, que seguirá impulsando medidas de «normalización y estabilización» para que las relaciones bilaterales logren ser mutuamente beneficiosas.

Norte y Sur, separados desde la guerra de Corea (1950-53), continúan técnicamente en guerra, ya que conviven bajo un armisticio que nunca ha sido formalmente sustituido por un acuerdo de paz.

Mensaje conciliador para Japón

El presidente surcoreano también adoptó una postura conciliadora con Japón, con el que aseguró que buscará «una cooperación con visión de futuro y de beneficio mutuo», a la vez que expresó su esperanza de que Tokio enfrente con franqueza su historial de agresión en tiempos de guerra, y en especial su dominio colonial de la península coreana entre 1910 y 1945.

Las heridas abiertas por las vivencias durante este período siguen siendo fuente de tensión entre ambos países, que en 2025 conmemoran también el 60 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas.

«Espero que el Gobierno japonés afronte con franqueza nuestra dolorosa historia y se esfuerce por mantener la confianza entre nuestro dos países», dijo Lee, que tiene previsto viajar al país vecino el fin de semana del 23 de agosto para reunirse con el primer ministro nipón, Shigeru Ishiba, y profundizar lazos personales.