Sevilla, ciudad imperial

Imagen que se incluye en el libro "Sevilla. Puerta del Mundo", publicado por La Esfera de los Libros y que lleva el subtítulo de "Historia ilustrada de una ciudad imperial" porque, en tamaño folio, reúne unas doscientas ilustraciones de Arturo Redondo, con un estilo influenciado por la narrativa gráfica y el cómic europeo, y siete capítulos breves de Fernando Olmedo, quien también ha ejercido de documentalista del dibujante. EFE/Fernando Olmedo//SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)//
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Alfredo Valenzuela

Imagen que se incluye en el libro "Sevilla. Puerta del Mundo", publicado por La Esfera de los Libros y que lleva el subtítulo de "Historia ilustrada de una ciudad imperial" porque, en tamaño folio, reúne unas doscientas ilustraciones de Arturo Redondo, con un estilo influenciado por la narrativa gráfica y el cómic europeo, y siete capítulos breves de Fernando Olmedo, quien también ha ejercido de documentalista del dibujante. EFE/Fernando Olmedo//SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)//
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Sevilla, 1 may (EFE).- Es una historia que comienza con la salida de Magallanes con la expedición que culminó la primera vuelta al mundo y concluye con la marcha de Diego de Velázquez a Madrid, un siglo en el que la capital andaluza fue ‘ciudad imperial’ como cuentan el dibujante Arturo Redondo y el historiador Fernando Olmedo en ‘Sevilla. Puerta del Mundo’.

Publicado por La Esfera de los Libros, ‘Sevilla. Puerta del Mundo’ lleva el subtítulo de ‘Historia ilustrada de una ciudad imperial’ porque, en tamaño folio, reúne unas doscientas ilustraciones de Arturo Redondo, con un estilo influenciado por la narrativa gráfica y el cómic europeo, y siete capítulos breves de Fernando Olmedo, quien también ha ejercido de documentalista del dibujante.

El volumen cuenta con un desplegable de un alzado de Sevilla muy pormenorizado, dibujado casa por casa prácticamente, una ciudad aún amurallada que en ese periodo histórico saltó de ser una localidad medieval a una urbe moderna, a la metrópoli más rica e influyente del sur de Europa, que sentará las bases del futuro urbanismo.

Desde principios del siglo XVI a los inicios del XVII, en palabras de Olmedo, “Sevilla se convierte en una metrópoli de alcance planetario, en la principal ciudad de España y una de las primeras de Europa y de los otros continentes”, y esta obra aspira, mediante una “narración visual”, a mostrar mediante vistas panorámicas, pero también de detalles y secuencias, cómo fue la vida en la ciudad en su siglo dorado.

Como demostración de que Sevilla fue “el corazón del Imperio” o, como también se denominó, “la nueva Roma”, un capítulo se dedica a la boda del emperador Carlos V con Isabel de Portugal, con la recreación gráfica de una fiesta en los Reales Alcázares, y a las estancias en la ciudad de Felipe II, en 1570, y Felipe IV, en 1624.

Fernando Olmedo, sobre el rechazo por políticamente incorrecta a la idea de imperio, ha dicho a EFE que “puede haber cierto rechazo porque de algún modo ese eco ‘imperial’ evoca los tópicos rancios de otra época, pero creo que en general ya es algo superado”.

“Incluso a veces la referencia de la ‘Sevilla imperial’ puede llegar a despertar ahora sensaciones legendarias de aventura y escenarios literarios, como se ha podido ver en alguna serie de televisión”, ha añadido Olmedo, especialista en cartografía histórica y quien lleva diez años colaborando con Arturo Redondo.

Sevilla, “la mayor ciudad de España y sede frecuente de la Corte” acogió una institución estatal como la Casa de la Contratación para controlar en exclusiva las relaciones comerciales con las Indias, con lo que al convertirse en monopolio de esos intercambios comerciales “cobró un empuje que la transformó en una metrópoli de categoría global”.