Light
Dark
 

«Si te aferras, te mueres de infarto»: los cubanos se resignan ante el colapso eléctrico

Personas sentadas en la acera de su casa esperan el regreso de la electricidad este miércoles, en La Habana (Cuba). EFE/Ernesto Mastrascusa

La Habana, 11 sep (EFE).- En La Habana Vieja solo se pueden ver las luces de los celulares, de los faros de los pocos vehículos y motos que circulan por sus estrechas calles o de los restaurantes privados con turistas con rostros desencajados.

Son las nueve de la noche del miércoles en el corazón de la capital cubana y han pasado ya doce horas desde que el sistema eléctrico del país colapsase por quinta vez en menos de un año.

Lo que en cualquier otro punto del mundo podría ser una situación extraordinaria o una experiencia única en la vida, en Cuba se ha convertido en la nueva normalidad.

Al menos así lo cree Juan Carlos, un carretillero (vendedor ambulante de frutas y verduras) de 60 años. Su tono, al hablar con EFE, es una buena muestra de lo que se ve en las oscuras callejuelas: una peculiar combinación entre resiliencia, resignación y una pizca de humor negro.

«Si coges lucha y te aferras, te mueres de infarto. No puedes hacer nada. ¿Qué podemos hacer? Nada. Hablar no te resuelve nada. Hay que esperar (a que vuelva la corriente)», dice al lado de su carreta.

En la mañana de este jueves el Gobierno cubano informó que, 24 horas después, el sistema genera unos 1.000 megavatios (MW). Es decir, algo más de un tercio de la demanda promedio en el país en ese horario, con base en datos oficiales.

José, de 62 años, ayuda a Juan Carlos a vender y lo complementa recogiendo basura en las calles. La caída del sistema eléctrico, asegura a EFE, le ha afectado «mucho» porque vive al día y sin luz no puede hacer mucho como para ganarse la vida.

«Ahora mismo yo tengo un hambre que estoy volado», cuenta mientras ríe.

Las horas sin luz también significan que la comida que han acumulado en sus congeladores durante meses como reserva para enfrentar la escasez de alimentos se echa a perder.

Juan Carlos, al enterarse de que el apagón no era como los cortes diarios de horas que sufre el país desde hace meses, sino una caída total del sistema, algo que puede demorar días en recuperarse, se echó a correr a cocinar todo lo que tenía.

«Lastimosamente ya estamos acostumbrados», cuenta.

Pese a los avances contrarreloj de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE), la gran mayoría de los más de nueve millones de cubanos permanecen sin corriente un día después del nuevo apagón nacional.

De acuerdo con el director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Lázaro Guerra, a lo largo de todo el país se han creado «microsistemas», pequeñas áreas con energía en torno a sitios claves como hospitales y plantas de bombeo de agua, que se prevé ir consolidando, ampliando e interconectando con el paso de las horas.

Según la última actualización, la capital cubana, con algo menos de dos millones de habitantes, contaba a primera hora de la mañana de este jueves un 79,4 % de los circuitos recuperados.

Grave crisis energética

Personas caminan por una calle oscura este miércoles, en La Habana (Cuba). EFE/Ernesto Mastrascusa

La crisis energética que arrastra Cuba desde hace varios años se ha agravado considerablemente en los últimos doce meses, lo que se refleja en prolongados apagones diarios con una duración promedio que durante este julio y agosto fue de entre 15 y 16 horas, según la UNE.

Las centrales térmicas cubanas están en su mayoría obsoletas, tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversión y mantenimiento; mientras que decenas de motores de generación están a diario fuera de servicio por la falta de divisas del país para importar suficiente combustible.

Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.

El Gobierno cubano culpa por su parte el impacto de las sanciones estadounidenses a esta industria y le acusa de «asfixia energética».

Diversos cálculos independientes coinciden en estimar que el Gobierno cubano necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el sistema eléctrico, una cantidad de la que La Habana no dispone.

Los cortes de electricidad son un grave lastre para la economía nacional, que se contrajo un 1,1 % en 2024 y suma en los últimos cinco ejercicios una caída acumulada del 11 %, según datos oficiales. La CEPAL también prevé que su Producto Interno Bruto sea negativo este año.

Además, atizan el descontento social en Cuba y han estado vinculados a las principales protestas que se han registrado en el país en los últimos años, como las de julio de 2021.

Juan Carlos Espinosa