Madrid, 10 jul (EFE).- El 11 de julio de 2010, hace quince años, la selección española de fútbol levantó al cielo de Johannesburgo, de momento por única vez, el trofeo que le acreditaba como Campeona del Mundo. Fue la guinda a un torneo inolvidable, repleto de estampas que ya son patrimonio histórico para los seguidores de ‘La Roja’. El gol de Andrés Iniesta en la final y el de Carles Puyol en las semifinales, la parada de Íker Casillas a Arjen Robben… Estas siete postales sirven para recordar aquellos días inolvidables.
1. La derrota ‘inesperada’ contra Suiza: España afrontó la cita como una de las principales candidatas al título tras su victoria en la Eurocopa del 2008. Y esa condición la exhibió en su debut en Durban ante Suiza, en el que dominó claramente la posesión y tuvo claras ocasiones. Sin embargo, un gol de Gelson Fernandes en el minuto 52, tras una serie de desafortunados rebotes, provocó un desconcertante tropiezo como punto de partida.
2. El penalti de Cardozo: Pese a su mal comienzo, España no solo fue capaz de reconducir el rumbo y clasificarse como primera de grupo tras ganar a Honduras y a Chile, sino que además superó en octavos de final a Portugal con gol de David Villa en una prórroga donde Fernando Llorente firmó una de sus mejores actuaciones con la Selección.
Apareció entonces en escena Paraguay como el rival en cuartos para plantear un duelo muy competido en el que pudo ponerse hasta dos veces por delante, la primera con un gol anulado a Nelson Haedo Valdez y la segunda en un penalti ejecutado por Óscar Cardozo que detuvo Íker Casillas ayudado por los consejos del portero reserva, Pepe Reina. Aquella acción fue clave y revitalizó a la selección, que perdonó una buena oportunidad de hacer el 1-0 en otra pena máxima, esta fallada por Xabi Alonso, y acabó ganando con un gol de David Villa en el 83.
3. El cabezazo hacia la gloria de Puyol: En semifinales, de nuevo Alemania. Al igual que en el duelo por el título de la Eurocopa 2008. Y en el minuto 73 un saque de esquina a la derecha de la portería de Manuel Neuer lo ubicó Xavi Hernández a la altura del punto de penalti para que Puyol lo llevase a las mallas tras llegar desde atrás y cabecearlo con el alma, casi levitando, mientras el tiempo parecía detenerse. El boleto al partido más importante de la historia del fútbol español era ya una realidad.
4. La patada en el pecho de De Jong a Xabi Alonso: Que la final contra Países Bajos iba a ser una auténtica batalla no lo dudada nadie. Y un pasaje de ese duelo lo escenificó a la perfección. Corría el minuto 28 cuando a la altura del centro del campo Xabi Alonso acudió a tocar de cabeza un balón dividido. Fue entonces cuando recibió una contundente patada en el pecho por parte de Nigel De Jong que no tuvo consecuencias más allá de una cartulina amarilla, pero que perdurará como icono de aquella noche en Johannesburgo.
5. El mano a mano de Arjen Robben e Íker Casillas: En la lista de paradas para la historia siempre habrá un hueco para la que Casillas le hizo a Robben en aquella final. En el minuto 62 el centrocampista Wesley Sneijder envió un excelente pase en profundidad a espaldas de la defensa en dirección a Robben, que emprendió una carrera en solitario hacia el marco rival con todo el tiempo del mundo para pensar cómo resolver. Sin embargo se encontró con un Íker imperial, que aguantó en el punto de penalti y acabó desviando el tiro milagrosamente con el pie para mantener el empate a cero.
6. El gol de Iniesta: Minuto 116. Fernando Torres sirve un balón a la media luna que despeja como puede Rafael Van der Vaart. La pelota le cae a Cesc Fabregas, quien entrega para Andrés Iniesta. Y entonces aparece la magia, el momento que unió a todo el país, un disparo cruzado que besa las redes tras tocar la pelota el arquero Maarten Stekelemburg. Y el éxtasis. Y la celebración con dedicatoria a Dani Jarque. El sueño estaba ya al alcance de las manos.
7. España es campeona del mundo: Con el pitido final se certifica la gesta, la foto de Casillas levantando el trofeo acompañado del resto de sus compañeros. Un momento imborrable al que le sigue la alegría de un país que se lanza a las calles de Madrid para recibir a sus jugadores como héroes en unas celebraciones a la altura de lo conseguido, quizás el logro más importante en la historia del deporte español.
Carlos Mateos Gil