Washington, 11 jun (EFE).- Los primeros soldados y tanques de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos llegaron este miércoles a Washington para participar el sábado en el desfile militar organizado por el presidente, Donald Trump, con motivo de los 250 años del Ejército estadounidense y que coincide con su 79 cumpleaños.

El centro de la capital se convirtió en algo más parecido a una base militar en la que se asoman, entre los carros de combate, algunos de los monumentos más emblemáticos de la Explanada Nacional.

Se estima que el desfile contará con unos 6.600 soldados, 50 aviones de guerra y 150 vehículos pesados y que tenga un costo de entre 25 y 45 millones de dólares.
Los militares van a ser alojados durante unos días en varios edificios públicos de la capital federal, como el Departamento de Agricultura.
Una de las primeras medidas que se han tomado ha sido la instalación de placas de hierro en la calzada para que los tanques no dañen el asfalto.
Solo un tanque Abrams, uno de los modelos que hay desplegados ahora mismo en el centro de la ciudad, pesa aproximadamente 68 toneladas.
Esto podría dañar el asfalto especialmente cuando giren estos vehículos, según explicó el coronel Jesse Curry, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército a una emisora de radio local.
Además, el Servicio Secreto, encargado de proteger al presidente, instalará 18 millas de vallas antiescalada y volará varios drones ese día para velar por la seguridad. El Distrito de Columbia, donde se encuentra Washington, tiene restricciones para volar drones habitualmente.
Delante de la Casa Blanca los trabajadores se apresuran a construir una tribuna presidencial, coronada por una enorme lona con el logo del Ejército, desde donde Trump observará el desfile.
La tarima es similar a la que se preparó para la investidura de Trump el pasado enero pero que finalmente no se utilizó porque todos los actos se celebraron a puerta cerrada por las bajas temperaturas.
Durante su primer mandato (2017-2021), Trump ya quiso organizar un desfile militar en Washington, aunque la idea se fue posponiendo y finalmente quedó desechada por su elevado costo.
Estados Unidos no organiza un desfile militar a gran escala desde junio de 1991, después de ganar la primera Guerra del Golfo y con George Bush padre en la Casa Blanca.
En esa ocasión, 8.800 militares desfilaron por el centro de Washington atrayendo a unos 200.000 espectadores, según The Washington Post.
Aun así, no son algo habitual en Estados Unidos. Los hubo después de la guerra civil estadounidense, en 1865; una vez finalizada la Primera Guerra Mundial en 1919 y también en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial.