Londres, 13 mar (EFE).- El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, presentó este jueves un ambicioso plan para reformar la administración del Estado, reduciendo la burocracia e introduciendo más digitalización e inteligencia artificial, a fin de liberar fondos para invertir, dijo, en servicios públicos.
Starmer anunció, entre otras medidas, la abolición de NHS England, la agencia sanitaria que gobierna el servicio nacional de salud (NHS, en inglés) en Inglaterra, que pasará a ser dirigido directamente por el ministerio de Sanidad, ahorrando así dinero al eliminar una capa burocrática.
Según el jefe del Gobierno, se calcula que una mayor digitalización de los servicios gubernamentales podrá aportar ahorros y beneficios de productividad por valor de hasta 45.000 millones de libras (53.600 millones de euros).
Se comprometió a reducir en un 25 % los costes administrativos para las empresas derivados de cumplir con las regulaciones, así como a potenciar el uso de la inteligencia artificial en los ministerios para mejorar la eficiencia.
De acuerdo con estos planes, uno de cada diez funcionarios trabajará en puestos de perfil tecnológico y digital en los próximos cinco años y se habilitarán al menos 2.000 puestos de prácticas para 2030.
La intención es impulsar un Estado “más tecnológico, productivo, ágil y centrado en su misión” de prestar servicios, dijo Starmer al exponer su estrategia en un acto en el condado de East Yorkshire, en el norte de Inglaterra.
“Nadie debería tener que dedicar demasiado tiempo a una tarea que la tecnología digital o la IA pueden realizar mejor, con mayor rapidez y con la misma calidad”, manifestó.
Starmer no precisó si su plan de reforma conllevará una supresión de empleos, entre la inquietud del sindicato de funcionarios y de algunos diputados laboristas que temen un regreso a las políticas de austeridad.
Previamente, en declaraciones a los medios, el ministro de Tecnología, Peter Kyle, no descartó que pudiera reducirse la plantilla, si bien subrayó que el objetivo del plan es mejorar la eficiencia y “animar a la gente con los cambios, no asustarla”.
Kyle negó que la estrategia del Gobierno británico pueda compararse a la del departamento de eficiencia Doge dirigido por Elon Musk en Estados Unidos, y rechazó que se apode entre los laboristas ‘Proyecto motosierra’, en alusión a la herramienta que esgrimió en un acto público en su país el propietario de Tesla.
