Buenos Aires, 9 may (EFE).- Casi noventa años después de su inauguración, el Obelisco de Buenos Aires -símbolo indiscutido de la ciudad- incorpora por primera vez uno de los proyectos imaginados en su concepción: una cúspide accesible gracias a un elevador interno que permite disfrutar de una nueva vista panorámica de la capital argentina.

Se trata de un elevador moderno, con paredes vidriadas a los laterales y otra en su parte trasera equipada con una pantalla LED, que permite subir 67,5 metros en un minuto.

El último tramo son 35 escalones, antes de llegar al mirador de cuatro ventanas en la cúpula del monumento.
El Obelisco fue diseñado en 1936 por el arquitecto argentino Alberto Prebisch para conmemorar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires.
Desde su origen el proyecto fue pensando con un elevador, pero esto nunca se había concretado.
La obra fue impulsada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y presentada por el alcalde, Jorge Macri, quien destacó que “este gran proyecto de ingeniería revaloriza uno de los símbolos porteños”.
“El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo”, agregó durante el acto inaugural.
El elevador fue introducido por partes al interior del monumento, donde fue finalmente ensamblado.
“Se acondicionaron instalaciones eléctricas y se adaptó el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica. El ascensor se armó adentro, pieza por pieza, ya que la puerta original es el único punto de ingreso”, explicó el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de Buenos Aires, Ignacio Baistrocchi.
Aunque todavía no está abierto al público general, durante el fin de semana pasado iniciaron las primeras visitas de vecinos del barrio de San Nicolás, que fueron elegidos entre unos 22.000 inscriptos por una convocatoria en redes sociales.
Por el momento, los recorridos son con cupo limitado y continuarán durante este mes para celebrar el aniversario por los 89 años del Obelisco, cuya construcción finalizó el 23 de mayo de 1936.
El mirador será operado por una empresa privada mediante una licitación, en coordinación con el ente de turismo porteño, y la propuesta incluirá una experiencia museográfica.
En los últimos días se reemplazó, por primera vez, el pararrayos del monumento y actualmente se trabaja en remodelar la pintura exterior.
A casi nueve décadas de su inauguración, el Obelisco ya no es solo la postal de Buenos Aires: ahora también ofrece una nueva forma de admirar la ciudad desde las alturas.