Pekín/Taipéi, 12 mar (EFE).- El primer presidente de la República de China tras la etapa imperial y considerado padre de la era moderna del país, Sun Yat-sen, fue recordado este miércoles tanto en China como en Taiwán, en un día en el que se cumplen 100 años de su fallecimiento.
En Pekín, se celebró una “breve y solemne ceremonia” en conmemoración de Sun en el parque pequinés que lleva su nombre. Autoridades y “personas de todos los ámbitos de la sociedad” asistieron, guardaron silencio y realizaron tres reverencias frente a su estatua, informó la agencia estatal Xinhua.
Por su parte, la Academia de Historia de China elogió a Sun en su cuenta en la red social Weibo, describiéndolo como “un gran héroe nacional, un gran patriota y un gran precursor de la revolución democrática de China”.
La ciudad suroriental de Cantón, capital de la provincia homónima en la que nació Sun, inauguró este martes una exposición de objetos antiguos relacionados con quien fue uno de los promotores de la revolución que derrocó a la dinastía Qing (1644-1911).
Asimismo, el edificio conmemorativo de Sun en dicha localidad acogió este miércoles la primera representación de un musical basado en la juventud del revolucionario.
El “padre” de la China moderna también fue recordado al otro lado del estrecho de Taiwán: los principales representantes del Kuomintang (KMT), el principal partido opositor de Taiwán, se acercaron al salón conmemorativo de Sun Yat-sen en Taipéi para dejar flores y mostrar respeto a su figura.
Entre los asistentes se encontraba Eric Chu, presidente del KMT, quien fue abucheado por varios de los presentes debido a los malos resultados de su formación en las tres últimas elecciones presidenciales.
Presente en ambos lados del Estrecho
Pese a fundar el KMT bajo su nombre actual en 1919, que más adelante se convertiría en el principal rival del Partido Comunista chino (PCCh), Sun es una figura respetada tanto por los comunistas, en China, como por el KMT, en Taiwán, donde se le identifica como el fundador del régimen que se trasladó a la isla, que todavía conserva la denominación oficial de República de China después de su derrota contra los comunistas en la guerra civil (1927-1949).
La Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo chino) declaró este miércoles que Sun “buscó la unidad nacional y la revitalización de China durante toda su vida”, al tiempo que pedía que “los compatriotas de Taiwán se unan con nosotros para heredar su legado” y que “se opongan a la secesión” de la isla.
Nacido en 1866, Sun estudió medicina en Hong Kong –entonces colonia británica– y, tras protagonizar varias revueltas, ganó notoriedad como líder revolucionario y como impulsor de un intento de modernización del país.
En 1911, la Revolución de Xinhai provocó la caída de la dinastía Qing, y Sun fue nombrado presidente provisional de la nueva República de China en enero de 1912, aunque pronto cedió el poder al principal líder militar del país, Yuan Shikai, quien, lejos de consolidar los ideales republicanos, disolvió el Parlamento en 1914 y se proclamó emperador en 1915, deshaciendo gran parte de los avances democráticos por los que Sun había luchado.
Desde entonces, Sun continuó promoviendo su ideal de una China unificada y republicana, reorganizando el KMT y buscando apoyo internacional para su causa.
En 1923, estableció una alianza con el recientemente fundado PCCh y recibió respaldo de la Unión Soviética para fortalecer su movimiento. Sin embargo, no logró consolidar un gobierno estable antes de su fallecimiento en 1925.