Río de Janeiro, 8 jun (EFE).- La Corte Suprema de Brasil comienza a interrogar a partir de este lunes a los acusados de liderar una conspiración golpista para impedir el regreso al poder de Luiz Inácio Lula da Silva, entre los cuales, el expresidente Jair Bolsonaro.
El líder ultraderechista está siendo juzgado, junto con siete colaboradores, por los delitos de abolición violenta del Estado democrático, golpe de Estado, asociación criminal armada, daño calificado y destrucción de patrimonio, cuyas penas máximas sumadas rondan los 40 años de cárcel.
En el que se ha denominado como el núcleo de la presunta trama, además de Bolsonaro figuran militares de alto rango y exministros de su Gobierno (2019-2022), considerados aliados leales del líder ultraderechista.
Entre ellos, Mauro Cid, su edecán y hombre de confianza cuando era presidente y ahora el principal testigo de la Fiscalía tras acogerse a un acuerdo de colaboración.
Cid será el primero en ser interrogado en la Sala Primera del Supremo Tribunal Federal y Bolsonaro, el sexto.
Según lo determinado por el magistrado instructor del proceso, Alexandre de Moraes, los interrogatorios de los principales acusados se extenderán como máximo hasta el viernes 13.
Las indagaciones marcan la recta final de la fase de investigación del proceso penal, en la que se escuchó a los testigos citados por la Fiscalía y las defensas.
Bolsonaro insiste en su inocencia y se dice perseguido
Según la acusación de la Fiscalía, la conspiración comenzó tras los comicios de octubre de 2022 y desembocó en los ataques multitudinarios contra las sedes de los tres poderes perpetrados por miles de bolsonaristas el 8 de enero de 2023, cuando Lula tenía una semana en el cargo.
Por dichos ataques ya han sido condenadas más de 500 personas a penas de hasta 17 años de cárcel.
Desde ese día, el líder ultraderechista ha negado su participación en los hechos e insistido en su inocencia.
Tras ser imputado, reiteró que las acusaciones que le achacan por intento de golpe de Estado son «infundadas» y que la Corte Suprema tiene algo «personal» en su contra.
Asimismo, dijo que el proceso es una «persecución» motivada «por claros intereses políticos» para impedir su participación en los comicios presidenciales de 2026.
No obstante, entre los testigos escuchados por el Supremo, dos excomandantes de las fuerzas armadas confirmaron que Bolsonaro pidió apoyo a los militares para intentar impedir que Lula asumiera el poder.
El cara a cara
La audiencia será conducida por el magistrado De Moraes, quien formulará las preguntas a los acusados, aunque la Fiscalía y las defensas también podrán plantearles cuestionamientos.
Será entonces el momento en que el juez, considerado por Bolsonaro como su «enemigo número uno», se encuentre cara a cara con el líder ultraderechista.
En esta etapa, los acusados podrán ejercer su derecho a la legítima defensa, es decir, presentar directamente su versión de los hechos ante el juez y declararse culpables o no de los cinco delitos que se les imputan.
Los acusados también tienen el derecho constitucional a guardar silencio y no autoincriminarse.
Bolsonaro dijo a la prensa el viernes pasado, que acudirá a la Corte Suprema a declarar «con la verdad» y sostuvo que no pretende desafiar al máximo tribunal cuando responda las preguntas.
Lo que viene
Concluida esta fase, también serán consultadas la Fiscalía y las defensas de los acusados, a fin de saber si consideran que son necesarios nuevos interrogatorios o diligencias adicionales.
Luego, el juez instructor podrá ordenar que la Fiscalía y las defensas presenten sus alegatos finales, en un plazo de 15 días.
Fuentes del tribunal han dicho que la intención es que el juicio concluya este mismo año y que las sentencias podrían ser dictadas entre octubre y noviembre.