Santiago de Chile, 21 jun (EFE).- Suramérica puede ser la única región en vías de desarrollo que consiga ganarle la batalla al hambre en 2030, cumpliendo así con la meta ODS 2, dijo a EFE el economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Máximo Torero.

«Creemos que la subregión de Sudamérica sí podría llegar a la meta del ODS 2, algo que ninguna otra región va a lograr ahorita», apuntó Torero, que actualmente es también como representante regional interino del organismo internacional, cuya sede para Latinoamérica se encuentra en Chile.

El ODS 2, también conocido como Hambre Cero, busca poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible en 2030.
En 2023, el hambre afectó al 6,2 % de la población de la región (41 millones de personas), lo que representa una disminución de 0,4 puntos porcentuales en comparación con 2022 y de 0,7 en comparación con 2021, de acuerdo a FAO.
La mejora se debe principalmente a la disminución registrada en Suramérica, ya que Centroamérica se ha estabilizado y el Caribe todavía no logra recuperarse de la pandemia, según indicó el organismo en su último «Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición».
«En el 2023 había 41 millones de personas con hambre en la región. Si proyectamos ese número al 2030, estamos hablando de 20 millones. Desde nuestro punto de vista, 20 millones no es mucho si tienes buenas políticas, buena focalización y mejoras a los países que estaban con problemas», indicó Torero.
Robustas políticas monetarias para controlar la inflación y los tipos de cambio, políticas comerciales abiertas y exitosos programas de protección social son algunos de los factores que, según el economista, explican el éxito que está experimentando la subregión suramericana en la lucha contra el hambre.
«Sudamérica tiene algunas características que no tiene otras regiones del mundo. Tenemos sistemas de protección social muy avanzados que han probado ser efectivos. Un ejemplo muy claro es cuando, en pleno COVID-19, Brasil logró reducir la pobreza extrema gracias a un sistema de transferencias que la pudieron duplicar y focalizar muy bien en la gente más afectada», agregó.
Preguntado sobre los impactos que podría tener en la lucha contra el hambre en Suramérica la guerra comercial o el recorte en la cooperación internacional llevado a cabo por la Administración estadounidense, el economista afirmó que este será pequeño y que la coyuntura internacional puede ser una «oportunidad»
«Creo que tiene todos los instrumentos para salir adelante y no va a tener problema, más bien creo que es una oportunidad (…) Estados Unidos es un gran exportador de cereales, pero Sudamérica también, especialmente Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina», subrayó.
Brasil, agregó, «ya está empezando a mandar más soja a China de lo que hacía antes porque está reemplazando en cierta forma lo que Estados Unidos está dejando de exportar».
El gran problema de Suramérica, sin embargo, es «el elevado costo de las dietas saludables, que con 4,5 dólares por persona es el más alto del mundo», concluyó Torero.