Bangkok, 17 mar (EFE).- Tailandia ha repatriado a más de 3.500 extranjeros liberados de centros de estafa situados en Birmania (Myanmar), en el marco de un operativo apoyado por China que comenzó a finales de febrero, con aún 1.718 personas a la espera de regresar a sus países.
El director de la Policía tailandesa, Thatchai Pitaneelabut, dijo este lunes en una rueda de prensa que han identificado a 5.251 personas, la mayoría captadas bajo engaño y mantenidas a la fuerza en estos centros, de las cuales 3.533 ya fueron repatriadas a varios países, principalmente de Asia y África, desde el 20 de febrero.
Al menos 1.718 personas esperan aún a ser repatriadas tras su liberación en Birmania (Myanmar), donde se estima que miles de personas trabajan en estos centros en una suerte de esclavitud moderna, según informaron este lunes autoridades tailandesas.
Pitaneelabut explicó que, aunque un grupo insurgente birmano había informado en un principio de que tenían a 7.000 personas rescatadas esperando para sus repatriaciones, las autoridades de Tailandia han precisado que el número de beneficiados por este operativo es de 5.251.
No obstante, estimó que todavía hay más de 10.000 personas en la localidad birmana de Myawaddy (fronteriza con Tailandia) forzadas a estafar a terceros a veces con falsas ofertas de trabajo, romances inventados, apuestas fraudulentas o haciéndolas invertir en negocios sin ninguna solvencia.
Sobre las 1.718 personas que están siendo atendidas en Birmania antes de entrar a Tailandia para sus respectivas repatriaciones, las autoridades dijeron que la mayoría son indios y chinos, luego de que Pekín y Nueva Delhi informasen de la deportación de cientos de sus ciudadanos en las últimas semanas.
Tailandia ha coordinado con una veintena de países las deportaciones, subrayando que no pondrá en marcha un centro de refugiados. Fuentes cercanas al caso afirmaron a EFE que se cree que también hay ciudadanos de Latinoamérica entre los afectados y que no se tiene constancia de que figuren europeos entre ellos.
Aunque estos centros llevan años proliferando, recientemente han sido objeto de mayor escrutinio tras la presión de Pekín, con casos llamativos como el rapto y posterior liberación del actor chino Wang Xing, quien en enero viajó a Bangkok atraído por una falsa oferta laboral y fue llevado a Birmania para trabajar en uno de estos recintos.
Muchos de estos centros, que se cree están operados por mafias chinas, comenzaron siendo casinos ligados al blanqueo de capitales que durante los confinamientos por la pandemia pasaron al espacio digital.