Talavante, con cuatro orejas, y Rufo, con dos, triunfan en Talavera de la Reina (Toledo)

El diestro Alejandro Talavante entra a matar su primer toro en el festejo Taurino celebrado, este domingo, en Talavera de la Reina. EFE/Manu Reino

Talavera de la Reina (Toledo), 18 may (EFE).- Nuevo lleno en los tendidos de Talavera de la Reina, y tarde de entrega mayúscula de Morante, que solo paseó un trofeo, mientras Talavante y Rufo se fueron a hombros, con cuatro y dos orejas respectivamente en sus esportones, con una corrida justita de pitones y desigual de comportamiento de Alcurrucén.

El diestro Tomás Rufo se enfrenta al toro con su capote durante el festejo Taurino celebrado, este domingo, en Talavera de la Reina. EFE/Manu Reino

Que Tomás Rufo es el responsable -en positivo- del resurgir de la afición en Talavera en los últimos años es un hecho incuestionable. Ahí están sus triunfos continuados de la mano de los llenos o casi llenos que lleva registrando la plaza de La Caprichosa, tanto en mayo como en septiembre, desde que el de Pepino tomara la alternativa en 2021.

El diestro Morante de la Puebla en el festejo Taurino celebrado este domingo en Talavera de la Reina. EFE/Manu Reino

Con figuras al lado, es cierto. Pero antes de él, ni con figuras se poblaban los tendidos. Y hoy no fue excepción lo del lleno, ni lo del triunfo, aunque llegara un extremis.

Dos magníficas verónicas por el pitón izquierdo de Rufo presagiaron toreo de capote de cante grande en el tercero, pero por el derecho el de Alcurrucén se acostaba hasta el punto de casi atropellar al torero toledano, por lo que las expectativas se truncaron.

En el último tercio el de Pepino se puso para torear, si bien no halló colaborador necesario y todo quedó en disposición.

Y aunque las ansias de triunfo a buen seguro le quemaban por dentro, el toledano roció su labor al sexto de reposo, sin atacar a su antagonista, que tuvo clase pero la raza muy justita.

De uno en uno se los sacó, enroscándoselo primero, y arrimándose después, antes de poner colofón con la espada al primer envite y paseando dos orejas.

Talavante ganó la partida numérica. El extremeño estuvo con cierta inspiración frente al desordenado segundo, al que acertó a dejársela en la cara por el pitón derecho para que no viera otra cosa que tela roja y repitiera las acometidas, cosa que hizo el colorado, aunque el toreo de mayor categoría llegó al natural, redondeado, alargando el trazo a su alrededor con elegancia.

Todo ello, con el colofón de la estocada, le abrió la puerta grande en su primer turno, mérito que acrecentó cortando otros dos apéndices al noble y soso quinto, con el que anduvo a gorrazos, de nuevo sobresaliendo el toreo zurdo.

Si a Morante el primero le hubiera salido en otra plaza distinta a la de Talavera de la Reina, cualquiera, me aventuro a asegurar -que es gratis- que le habría durado un suspiro.

Sin embargo Talavera no es una simple plaza de tercera, sino que su trascendencia simbólica va mucho más allá, como todo aficionado sabe, pues en su ruedo pereció Joselito, ídolo de Morante, hace 105 años.

El de Alcurrucén salió con síntomas de estar reparado de la vista y luciendo -es un decir- una embestida rebrincada y corta, además de rematar el medio viaje que tuvo echando la cara arriba.

A pesar de ello Morante se esforzó en exprimirlo, robándole algunos destellos deslumbrantes en el inicio, como fue un trincherazo soberbio, y en pasajes por los dos pitones, encajado de riñones, mentón hundido y la categoría como bandera.

Pareció cercano a lo ininteligible cómo el cigarrero pudo sacar lo que extrajo del de Alcurrucén. Aunque, claro, haberlo matado bien habría sido ya un milagro, el cual no se dió.

Y otro esfuerzo realizó Morante ante el cuarto, que careció de clase, y al que el de La Puebla se empeñó en sacar lustre, el cual únicamente radicó en la actitud del sevillano, y un par de naturales largos, desarrollando la totalidad de la faena en el terreno en el que fue corneado Joselito, siéndole otorgada una oreja.

FICHA: Plaza de toros de Talavera de la Reina (Toledo). Corrida de toros. Casi lleno.

Se lidiaron seis toros de Alcurrucén, de justa de presentación en cuanto a pitones. Primero muy deslucido. Segundo bueno, aplaudido en el arrastre. Tercero y cuarto sin entrega. Quinto noble y soso. Sexto manejable.

Morante de la Puebla (de gris plomo y oro): pinchazo y media desprendida y perpendicular y dos descabellos (palmas); estocada casi entera desprendida (oreja).

Talavante (de berenjena y oro): estocada entera arriba (dos orejas); estocada entera arriba (dos orejas).

Tomás Rufo (de azul marino y oro): dos pinchazos y media caída y descabello (palmas); estocada entera algo trasera y desprendida (dos orejas).

Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Gómez Ortega “Joselito”, muerto en esta plaza hace 105 años.

Sergio Blasco y Fernando Sánchez saludaron tras banderillear al tercero.

Talavante y Tomás Rufo salieron a hombros.

Julio César Sánchez