Durante más de 30 años, Talleres Lerga S.L. ha sido un pilar de confianza en la Comarca de Pamplona. Lo que nació como un pequeño taller familiar en los años 90, destinado a reparaciones básicas, se ha convertido hoy en un referente de mecánica avanzada, tecnología y atención personalizada.

Desde sus inicios, el taller se distinguió por una filosofía sencilla pero poderosa: escuchar al cliente, hacer el trabajo bien y explicarlo con claridad. Ese enfoque ha sido clave para crecer de forma constante y sin perder la esencia: priorizar el servicio y el trato humano por encima de todo. Así lo explican con orgullo: “Empezamos con intervenciones básicas, pero siempre con la mentalidad de mejorar cada día”.
Con el paso de los años, Talleres Lerga se ha adaptado a los tiempos. Hoy cuenta con tecnología de diagnóstico electrónico de última generación y atiende vehículos híbridos y eléctricos, sin dejar de lado los motores de combustión tradicionales. Sus técnicos están en formación constante, lo que les permite mantenerse al nivel de los coches más modernos.
En cuanto a servicios, ofrecen de todo: desde mantenimiento habitual como cambios de aceite, frenos, correas, neumáticos y baterías, hasta la revisión de climatización, preparación pre‑ITV y diagnósticos complejos. Pero más allá de esto, lo que realmente marca la diferencia es su trato cercano: los clientes saben en todo momento qué se está haciendo y por qué. “La confianza se gana con claridad, no con fórmulas complejas”, dicen en el taller.
«La confianza es el activo más valioso: muchos clientes eligen un taller por la credibilidad, no por la oferta más barata.»
El verdadero motor del taller es su equipo. No es la máquina más sofisticada la que mueve el negocio: es el personal que la maneja con criterio y profesionalidad. El ambiente de trabajo es positivo y humano, y cada miembro comparte el compromiso de “hacer lo correcto, para que el cliente lo perciba”. Esa mentalidad ha convertido a Talleres Lerga en un lugar donde los coches vuelven y los conductores regresan, con la seguridad de estar bien atendidos.
Mirando al futuro, sus fundadores se plantean seguir creciendo, invirtiendo en instalaciones más eficientes y adaptadas a la movilidad sostenible, y ampliando servicios, sin dejar atrás la cercanía que les caracteriza. “Queremos crecer, pero sin perder la cercanía que nos define”, insisten. Por ahora, no se plantean abrir nuevas sedes; prefieren consolidar lo actual antes de dar un nuevo paso.
Ahora, tras tres décadas al volante del sector automovilístico local, Talleres Lerga demuestra que el equilibrio entre tradición y modernidad sí es posible. Su trayectoria —sembrada con oficio, renovada con tecnología y fortalecida con fidelidad— les coloca como un ejemplo de negocio rural que sabe mirar adelante sin dejar de lado sus raíces.
“Contamos motores que vuelven y rostros que nos saludan”, dicen, y en ese simple mensaje se condensa toda su filosofía. No buscan protagonismo mediático ni grandes anuncios; pretenden ser fiables, accesibles y justos. Y hasta ahora lo están logrando, porque las relaciones que se ganan en confianza son las que más duran.