Nueva York, 12 sep (EFE).- La española Teresa Helbig reinterpreta en su nueva colección el estrambótico universo de Henry Cyril Paget, el quinto marqués de Anglesey de fines del siglo XIX que rompió las convenciones de su tiempo al vestir con túnicas recubiertas de joyas y coronas con alas.

En pleno siglo XXI, la diseñadora española trae un pedazo de la mansión del noble británico a la Semana de la Moda de Nueva York.

Helbig explica a EFE que ha pasado seis meses estudiando a este dandy estrambótico que arruinó a su familia y murió joven, y que para rendirle homenaje ha llenado sus nuevos modelos de bordados de cristal, plumas de marabú y hasta piel de anguila, todo ello sin perder su sello clásico y elegante.
«La colección está inspirada en este personaje maravilloso al que hay que rescatar más, ya que incluso la familia intentó borrar su existencia. La colección respira todo ese aspecto a joya, que también es muy Teresa Helbig. Él era tan excéntrico que llegó a hacerse un vestido de diamantes», anota la diseñadora.
Para esta presentación, la española ha transformado un local del céntrico barrio de SoHo en el Teatro Gaiety, una capilla de un castillo que el marqués convirtió en teatro para interpretar funciones gratuitas con elaborados y costosos vestuarios.
«Estamos imaginando cómo sería el lugar donde actuaban. Hemos puesto una chimenea, una lámpara, los marcos…», explica Helbig.
Todo el atrezo del siglo XIX está hecho de cartón, por lo que los ojos de los visitantes van directos a las coloridas prendas en tono pastel con diseños geométricos de la nueva colección, bautizada SS26 Anglesey, en honor al noble.
La casa del marqués de Anglesey también sirvió de musa para la confección de las prendas. Helbig detalla que vio un sofá con estampados en una foto antigua, imaginó que estaba dentro de su palacete, y reprodujo el estampado de la tela del asiento con coloridas perlitas en varios detalles de sus nuevos vestidos.
La colección juega con patrones clásicos, como el vestido romántico largo, pero también con cortes más contemporáneos, como el crop top o las minifaldas.
Entre los distintos tejidos de la colección destacan blondas sutiles, cintas de moiré, gasas de seda, plumas, charol, cristales bordados y hasta piel de anguila. La piel de pescado, teñida de color azul, la usó para hacer una cazadora con un pololo.
Helbig dice con orgullo que en esta colección recuperó muchas técnicas muy antiguas y que, una vez más, su sello es que todas las prendas confeccionadas a mano en su atelier de Barcelona y concebidas para que duren años y se puedan pasar de generación en generación entre mujeres.
«Nuestro ADN, desde hace 30 años, es que la ropa te acompañe y perdure en el tiempo. Parece que ahora este discurso empieza a calar», se alegra la diseñadora catalana.
Esta es la tercera vez que participa en la Semana de la Moda de Nueva York, pero la primera vez que cuenta con un local en la Gran Manzana para este evento.
Helbig ha notado que en Estados Unidos se valora muchísimo la artesanía. «Es exagerado, me da mucha alegría», dice con una sonrisa la diseñadora.
Sarah Yáñez-Richards