Todo al rojo y amarillo

Cientos de asistentes a la concentración convocada por el Partido Popular contra el Gobierno de Pedro Sánchez bajo el lema 'Democracia o mafia' este domingo en la Plaza España de Madrid. EFE/Borja Sanchez-Trillo

Alicia López

Madrid, 8 jun (EFE).- Llevarse de calle a todos los ciudadanos al margen de ideologías y no solo a los suyos ha sido el empeño de Alberto Núñez Feijóo en su sexta manifestación contra Pedro Sánchez desde que lidera el PP, la primera contra la corrupción, que ha sido también de las más breves por el sofocante calor.

La céntrica plaza de España y aledaños, abarrotada con más de cien mil personas según el PP y la mitad con las cifras de la Delegación del Gobierno, se ha teñido de rojo y amarillo gualda de las banderas españolas, paraguas, abanicos o gafas de sol pero ningún logo del PP ni tampoco ni rastro del color corporativo, el azul. Objetivo cumplido.

Sí ha triunfado el blanco, entre el público y entre los líderes políticos para engañar al calor y ha triunfado también el agua que ha funcionado como un auténtico salvavidas.

Acompañando al líder del PP en su sexto asalto en las calles contra el Gobierno -el primero contra la corrupción-, estaban también el alcalde madrileño, José Luis Martínez Almeida, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y los expresidentes del Gobierno de su partido, José María Aznar, y Mariano Rajoy que ha llegado tarde, con Feijóo ya hablando, por culpa del tráfico.

Tampoco han faltado la mayoría de los presidentes autonómicos del PP, que han vuelto a juntarse dos días después de la fallida Conferencia de Presidentes de Barcelona.

Manifestación exprés por el calor sofocante

 Y junto a ellos, ciudadanos de todos los rincones de España, muchos andaluces, que se han empezado a congregar antes de las diez de la mañana en la plaza donde la organización ha estado calentando el ambiente, que no hacía mucha falta ni por gente ni por calor, a ritmo de rock and roll sin faltar los Hombres G y sus alusiones a la «mafia» en uno de sus temas más coreados de la banda ochentera, «Venezia», para introducir el eslogan de la protesta. «Mafia o democracia».

Almeida ha sido el primero en tomar la palabra, como anfitrión de la capital, dando paso a la ovación más clamorosa de todas cuando ha presentado a Ayuso para que subiera al escenario, más bien tarima, mientras ella sonreía desde su silla  ante la mirada impertérrita de Feijóo.

Las intervenciones de los dirigentes del PP han ido rápidas y en total no han llegado ni a los tres cuartos de hora cuando habían programado el satélite para dos horas, lo que seguramente habrá agradecido el Samur, que temía por los efectos de las altas temperaturas.

Almeida sólo ha hablado 8 minutos, después Ayuso, otros once entre vítores y gritos de «tú sí que vales» antes de que ella hiciera alusión al encontronazo con la ministra de Sanidad, Mónica García, durante la conferencia de presidentes de Barcelona al gritar «menos besos y más respeto».

Y para cerrar, Feijóo se ha alargado durante 24 arremetiendo contra Sánchez y volviendo a pedir elecciones para que los españoles opinen «si quieren un gobierno de koldos, leires y jésicas o un gobierno decente».

«Sánchez dimisión» o «Viva españa» ha sido los mensajes más escuchados entre una multitud que ha aguantado estoicamente la tórrida jornada pero que, una vez concluido el acto, se veía que tenía prisa por refugiarse en los bares cercanos y han desalojado la plaza en un tiempo récord, dejando otra vez solos a Don quijote y Sancho.