Alicante, 24 jun (EFE).- Una corrida sin poder de Zacarías Moreno, convertida en un auténtico simulacro de lo que es la lidia y el tercio de varas, sirvió para celebrar el día de San Juan en Alicante y, de paso, como material televisivo para que la radiotelevisión pública valenciana À Punt abriera su pantalla a las retransmisiones taurinas, una manifestación de la cultura popular que la Comunidad Valenciana vive en la mayor parte de su territorio.

Al final el toro sexto, por su clase y entrega, permitió escribir un final feliz a la tarde con la salida a hombros de Tomás Rufo tras cortar una oreja a cada ejemplar de su lote. Daniel Luque también ha cortado una oreja en el quinto.

El primer capítulo de la tarde tuvo como protagonistas al francés Sebastián Castella y a Lacerado, de Zacarías Moreno, negro, hondo y cómodo de pitones. Le sobró nobleza, pero le faltó poder para la lidia. A un picotazo que apenas lo sangró le siguió un quite de Castella por chicuelinas, poco convenientes, y una media mejor.
Buen hacer de Viotti en la brega junto a las banderillas de José Chacón. Firme y por alto empezó la faena de muleta Castella, que tampoco es que ayudase. El toreo ligado supuso un esfuerzo para el animal. Lo soportó mejor por la mano zurda, pero pronto llegaron las dudas y el parón. Se hizo necesaria la técnica para extraer cada muletazo frente a una voluntad cada vez más escasa, con Castella metido entre los pitones. Montó la espada muy tarde y, pasada de rosca la faena, eso no ayudó en la suerte suprema.
El cuarto se descordó nada más saltar al ruedo y tuvo que salir el sobrero, que se llamaba Cabezón, también de Zacarías Moreno. Con mejor hechura, más trapío y más armado en su cornamenta que todos los lidiados hasta el momento y que tanto habían dejado que desear. Toro fino de vientre, con cuello y ágil.
Sebastián Castella lo brindó al público para, acto seguido, arrancar con su clásico inicio de pases cambiados por la espalda. La movilidad del toro Castella la dejó lucir desde el temple y la larga distancia. Pronto y codicioso, la fortaleza en los riñones volvió a ser muy escasa. Cuando la muleta del torero francés le exigió, el sobrero no se vino arriba. Mediada la faena le costó tirar para adelante y protestó. Entonces Castella resolvió con el arrimón. No quedaba más. Con la espada volvió a fallar el de Beziers.
El segundo de la tarde estaba muy lleno. Demasiado lo que decía la báscula (548 kilos). Redondo, bajo. Lo que dicen un zapato. Con cuello. Se repitió el simulacro en varas. Cuidado al máximo de cara al último tercio. Una voltereta en banderillas mermó más todavía el escaso poder que traía en los riñones, en sus cuartos traseros.
Luque, fácil. Muñeca suelta desde el mismo inicio. Fundamentales las alturas y el temple para confiar la embestida de Lechón, una contrastada reata, pero que esta vez no convenció. El torito se resbaló mejor por la mano derecha que por la izquierda, pero de nuevo faltó poder y emoción. Luque no alargó en exceso la faena y pinchó antes de estocada más descabello.
El quinto se llamó Nigeriano. Un torito enmorrillado y muy cómodo de cabeza, con buen cuello. Tras el puyacito de rigor, el quite por chicuelinas de Daniel Luque fue de lo más artístico de la tarde. Bonito el remate a una mano por el pitón izquierdo. Llegó sin poder al último tercio.
Luque se llenó de toro bien pronto, pleno de confianza. Se lo pasó siempre con gran ajuste, empujando cada embestida. Más bravo Luque que un toro totalmente parado. Las luquecinas fueron revulsivo antes de un pinchazo hondo que fue suficiente. Una oreja.
Escaso de trapío y con 60 kilos menos que su antecesor salió el tercero, Belicoso, para Tomás Rufo. De carácter distraído tras el tercio de varas, con tendencia a salirse suelto de cada lance, un defecto que mantuvo también en el último tercio. Ahí entró el pulso de Tomás Rufo a la hora de trajinar la embestida, mantenerla dentro de la muleta, ganar el paso cuando tuvo que hacerlo, cruzarse y pegarse su arrimón. Esta vez también le faltó fondo bravo al animal. Tomás Rufo dejó una estocada demasiado caída que cambió por una oreja.
Tomás Rufo apostó con Sevillano, que al final fue, por suerte, el único capaz de venirse arriba en el último tercio y mantener una embestida por abajo y con la cara colocada hasta el final, siempre metida en los flecos de la muleta. Tomás Rufo lo toreó despacio y por abajo. Disfrutó en la cara del toro y de la fijeza del animal, al que siempre enganchó desde el hocico y lo llevó hasta donde quiso. Completa la faena por ambas manos.
Faltó repetición más allá de las dos primeras series, pero la muleta templada de Rufo siempre empujó adelante la entrega humillada del animal. Una estocada corta precedió a la concesión de una nueva oreja. En tarde de simulacros, la puerta grande de Tomás Rufo escribió un final feliz.
FICHA DEL FESTEJO:
Toros de Zacarías Moreno, el cuarto lidiado como sobrero, de muy justa de presentación, blandos y sobre todo sin poder para soportar una lidia que se redujo al más puro simulacro. Solo el sexto mantuvo clase y profundidad en el último tercio.
Sebastián Castella, de catafalco y plata: dos pinchazos y estocada casi entera (palmas tras aviso); dos pinchazos y estocada trasera y caída (tras aviso).
Daniel Luque, nazareno y oro: pinchazo, estocada y descabello (ovación); pinchazo hondo que basta (oreja tras aviso).
Tomás Rufo, corinto y oro; estocada caída (oreja); media estocada y descabello (oreja tras aviso).
De Cuadrillas Sergio Blasco y Fernando Sánchez se desmonteraron tras el tercio de banderillas del sexto toro.
Quinta de abono de la Feria de San Juan y San Pedro 2025 de Alicante. Aforo: Algo más de media entrada (6.272 espectadores).