Marina Estévez Torreblanca
Madrid, 1 may (EFE).- La actriz Toni Acosta (Tenerife, 1972) se ha propuesto convertir en tema de conversación pública el problema del acoso escolar en su primera novela, ‘Un caracol en mi armario’ (HarperCollins), en la que mujeres de varias generaciones afrontan con humor una vida que no es exactamente la que soñaban.
“Me he inspirado en amigas, familia, cosas que he leído, cada personaje representa a lo mejor a tres personas distintas que conozco en la vida real”, explica Acosta en una entrevista con EFE en la que recuerda que este 2 de mayo se celebra el Día Internacional contra el Bullying, que sufre una media de dos estudiantes por clase.
En su novela habla sobre todo del acoso por motivos de orientación sexual, y remarca que en el caso de las chicas el aislamiento puede ser mayor que en el de los chicos, que “suelen conseguir rodearse pronto de un grupo de amigas”, algo que a menudo no ocurre entre las lesbianas en edad escolar.
Aunque esta es la piedra angular del libro, en él también hace un homenaje a las mujeres de una generación de madres que ahora pueden tener 70 años, y que después de servir a sus padres y a sus hijos ahora se pueden poner el mundo por montera.
“El personaje de Juana, la abuela, le recuerda a todas mis amigas a sus madres y eso me encanta, son mujeres a las que ya les da igual decir todo lo que se les pasa por la cabeza, se lo han ganado”, remarca Acosta, que dedica su libro a su madre, Chana.
Pero la protagonista es su hija Candelaria, madre de Eva (la niña que encuentra un caracol en su armario) y de Jorge. Una madre, periodista de profesión, que intenta llegar a todos los frentes a menudo sin resuello y sobre todo trata de salvar a su hija del acoso que sufre en el colegio. “Esta era la parte que más me interesaba, la lucha de esa madre”, reconoce Acosta, que como este personaje también tiene dos niños.
Sobre qué soluciones cree que pueden darse al problema del acoso, la actriz, que se dio a conocer en la serie ‘Un paso adelante’, cree que hay que empezar por hablar del tema, sobre todo por parte de los adultos, y también reconocer cuando sea necesario que en la niñez se sufrió acoso para conseguir que las actuales víctimas se sientan acompañadas.
Y llama a poner el foco en el acosador, no en el acosado. “Una chica de 13 años en la Feria de Sant Jordi me explicó llorando que ella se había negado a cambiarse de colegio. ¿Por qué tienen que cambiarse de colegio los que sufren bullying y hay tanta comprensión hacia los acosadores?”, se pregunta.
Tampoco cree Acosta que en España se hayan normalizado las diferentes orientaciones sexuales, como refleja en la novela. Por eso ha elegido al caracol, un animal hermafrodita, como hilo conductor. “Lo he escogido porque es una muestra de que es algo natural. Y también sirve para conectar con la naturaleza en momentos de mucha tensión”, señala.
El tono de la obra es el humor -por ejemplo la protagonista lucha con unas perpetuas ganas de hacer pis- porque es la forma en la que cree que se puede hablar de todos los temas, sobre todo de los más serios. Candelaria es un torrente de ideas y palabras que, según explica, a ella le ha surgido de forma natural. “Quizá en el futuro haga una novela en un tono serio y tenga que cortarlo”, reflexiona.
Hay otro personaje, Celia, la hermana de la protagonista, que es actriz, como Toni Acosta, aunque no un trasunto de ella -la del libro nunca ha querido ser madre, por ejemplo- pero sí refleja, admite, algunas de sus vivencias y preocupaciones, como la falta de intimidad en público y la obligación de mostrarse feliz por la calle.
“Yo soy una persona muy alegre. Pero recuerdo una vez que estaba concentrada metiendo mi compra en una bolsa en el súper cuando me llegó una señora por detrás y me reprochó ‘hija, qué seria estás’, como si yo tuviera que estar permanentemente riendo”, recuerda Acosta.