L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), 7 mar (EFE).- Las redes de comunicaciones europeas pueden ser un “cuello de botella” para el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y otras nuevas tecnologías si no se reforma el mercado y se incrementa la inversión, advierte en una entrevista con EFE el responsable para Europa de GSMA, Laslo Toth.
La patronal de operadores, que organiza el congreso MWC en Barcelona, asegura que los dos principales problemas que percibe la industria en Europa son la fragmentación del sector y un marco legal “caducado”.
Toth se muestra al mismo tiempo “optimista” sobre la voluntad de la nueva Comisión Europea para mejorar en ambos terrenos y espera que durante este año se avance hacia una nueva Ley de Redes Digitales (DNA, en inglés).
Incrementar la inversión
La vicepresidenta de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen, ha abordado durante el Mobile World Congress de este año el plan para invertir 200.000 millones de euros con el objetivo de alcanzar una cobertura total de fibra y 5G antes de 2030.
Para Toth, se trata de una estimación “muy conservadora”, hecha ya hace algunos años y bajo premisas que no cuadran con las actuales necesidades del mercado y los últimos desarrollos tecnológicos.
Esos cálculos consideran que mientras haya una red con señal operativa “una zona ya está cubierta”. “Nosotros pensamos que se necesita además invertir en capacidad, porque las necesidades de tráfico son crecientes, y también hay costes de mantenimiento”, según el directivo de GSMA.
Más allá de las estimaciones concretas, “hay un acuerdo general” en Europa de que existe un déficit de inversión, afirma.
Consolidación y “armonización” del mercado
Una de las principales barreras para impulsar las reformas necesarias es la fragmentación del sector, con más de un centenar de operadores en los 27 países de la Unión Europea (UE), recuerda Toth.
La patronal de operadores espera que la Comisión facilite la consolidación nacional y transnacional, para lo cual es esencial una “armonización” del sector en el conjunto el bloque comunitario.
En este momento, los operadores no pueden rentabilizar redes transfronterizas debido a la divergencia en las regulaciones relativas a aspectos como datos de localización, requisitos de seguridad y otras normativas, lamenta Toth.
Ante las dificultades regulatorias que afronta todavía el continente, la patronal cree que la consolidación debe producirse en una primera fase dentro de cada país comunitario.
Durante ese periodo, la Comisión “debería trabajar para completar el mercado único” de las telecomunicaciones a fin de que, en una segunda etapa, con mejores condiciones, pueda producirse una concentración transfronteriza de servicios y operadores, subraya el directivo.
“Queremos lograr que la Comisión contemple esas fusiones de un modo diferente al actual. Creemos que la metodología de la Comisión se centra en los efectos en los precios a corto plazo, pero nos gustaría que tuviera en cuenta los intereses de los consumidores en el largo plazo en aspectos como la calidad de los servicios”, agrega.
El directivo de la GSMA se muestra satisfecho con la acogida de sus ideas en Bruselas y cree que el Ejecutivo comunitario va en la “buena dirección”, pero precisa que ahora es necesario ver cómo se materializan las actuales propuestas.
Cambios en la gestión del espectro
Los operadores demandan al mismo tiempo cambios en cómo los gobiernos gestionan las licencias de espectro para ofrecer más “claridad y predecibilidad” a las telecos.
Los retos para las empresas no se presentan solo con la apertura de nuevas frecuencias, sino con los ciclos de renovación de las licencias ya otorgadas, resalta Toth.
El directivo estima que los actuales ciclos de 15 o 20 años podrían alargarse más para garantizar mayor estabilidad a los operadores.
Apunta también a la posibilidad de aplicar soluciones similares al modelo que aplica Francia, que ha renovado licencias a cambio de compromisos de inversión: “Los fondos deberían ir a las redes, no a los gobiernos”, sostiene. EFE