Trece brasileños de la Flotilla regresan a su país y avisan que «la lucha continuará»

Brasileños que integraban la Flotilla Global Sumud y que fueron detenidos durante varios días por Israel llegan al Aeropuerto Internacional de Guarulhos este jueves, en São Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana

São Paulo, 9 oct (EFE).- Trece de los catorce brasileños que viajaban con la Flotilla Global Sumud y que fueron detenidos y deportados por Israel aterrizaron este jueves en el aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo, donde prometieron seguir movilizados hasta que «Palestina sea libre».

El activista brasileño Thiago Ávila que integraba la Flotilla Global Sumud saluda a su hija al llegar al Aeropuerto Internacional de Guarulhos este jueves, en São Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana

«La flotilla continuará movilizada mientras Palestina no gestione sus propias fronteras. Necesitan ayuda, el pueblo palestino necesita su autodeterminación», dijo a los periodistas el activista Thiago Ávila, uno de los organizadores de la iniciativa, al desembarcar.

Brasileños que integraban la Flotilla Global Sumud y que fueron detenidos durante varios días por Israel llegan al Aeropuerto Internacional de Guarulhos este jueves, en São Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana

Los trece militantes, con kufiyas (pañuelo palestino) a los hombros, volvieron a su país con los puños en alto y fueron recibidos por familiares y un grupo de militantes de movimientos sociales, partidos políticos y sindicatos que gritaron contra «el genocidio» en Gaza y señalaron al Gobierno de Benjamin Netanyahu.

Los brasileños de la flotilla denunciaron que fueron «secuestrados» en aguas internacionales y detenidos durante siete días en una cárcel para después ser deportados a Jordania, desde donde tomaron un vuelo con escala en Doha.

El otro integrante de la delegación brasileña, el italo-argentino residente en Brasil Nicolas Calabrese, llegó a Río de Janeiro el pasado lunes.

Ávila celebró el reciente acuerdo entre Hamás y el Gobierno de Israel para un cese al fuego y la liberación de los rehenes que mantiene la milicia palestina, pero avisó que no existirá paz «con colonización» y «sin una verdadera independencia».

Junto a él también estaba Luizianne Lins, diputada del Partido de los Trabajadores (PT), que lidera el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, así como otros políticos y profesores que integraron la misión.

«Pasamos por muchas dificultades, pero estas no llegan ni de cerca a lo que el pueblo palestino viene sufriendo cotidianamente», indicó Lins.

La Flotilla Global Sumud partió de Barcelona, en España, el pasado 31 de agosto, con el objetivo de llevar ayuda a una devastada Franja de Gaza, objeto de incursiones y bombardeos de Israel que han dejado hasta el momento más de 67.000 muertos, según fuentes palestinas.

Alrededor de 40 embarcaciones con 460 personas de más de 40 países atravesaron el mar Mediterráneo hasta que, entre el 1 y 2 de octubre, fueron interceptados por fuerzas israelíes en aguas internacionales.

«Nuestra apuesta es la movilización», insistió Bruno Gilga, otro de los miembros de la flotilla, que celebraron las masivas movilizaciones que tuvieron lugar en varios países a favor de la causa palestina.

También relataron que el operativo de la Armada israelí para detenerlos sirvió para que los soldados abandonaran sus puestos en la costa, lo que permitió a los palestinos pescar en sus aguas durante un tiempo.

Por todo ello, prometieron organizar «otra flotilla lo más rápido posible».

El Gobierno de Lula, muy crítico con la ofensiva israelí en Gaza, condenó «en los más fuertes términos» la interceptación de las embarcaciones y exigió la inmediata liberación de los «activistas pacíficos» detenidos por Israel.

Lula se ha referido en repetidas ocasiones a los bombardeos y a la ocupación de Gaza como un «genocidio» contra la población palestina, a lo que Israel respondió declarándolo «persona non grata», lo que ha llevado a mínimos la relación bilateral.

Brasil también ha condenado los ataques del 7 de octubre de 2023 de Hamás a Israel, pero ha criticado con dureza la respuesta de Israel, que ha causado la muerte de más de 67.000 personas en Gaza, algunos de ellos por desnutrición severa.