Javier Herrero.
Madrid, 29 may (EFE).- Murió a la sombra de su madre, Lola Flores, solo unos días después de su muerte, y precisamente la constante presencia de ‘La Faraona’ aún hoy en muchos espacios no hace sino subrayar que, en los 30 años transcurridos, quizás no se ha hecho tanta justicia a Antonio Flores y su genio creador propio.
Para empezar, 28 años fueron necesarios para celebrarlo en directo después de su fallecimiento, que tuvo lugar un 30 de mayo de 1995, cuando su cadáver fue encontrado víctima de una sobredosis de barbitúricos y alcohol, pero sobre todo de la pena por la muerte de su progenitora a causa de un cáncer dos semanas antes.
El “rebelde” que no se consideraba tal (“No creo en vivir lo que no siento”, reponía) dejó un importante legado de películas como actor, entre ellas ‘Colegas’ (1982) de Eloy de la Iglesia, pero especialmente como músico, ya fuese como compositor o intérprete.
Hizo buena la mezcla que le corría por el cuerpo, “sangre gitana, corazón de rockero y alma de blues” según decía su hermana Lolita, para desmarcarse con discos como su debut, ‘Antonio’ (1980), que ya recogía un himno antiviolencia como ‘No dudaría’ que daba buena cuenta de su forma de estar en el mundo.
De no ser por sus adicciones, que lo mantuvieron inactivo musicalmente durante seis años, probablemente su producción sería aún mayor, pero aún así o precisamente por ello resulta más destacable que reuniera tantas piezas míticas en un puñado de discos.
En ‘Al caer el sol’ (1981) supo poner su acento y vibración rock al ‘Pongamos que hablo de Madrid’ de Joaquín Sabina y en ‘Gran Vía’ (1988) volvió a validarse como un ecologista que sabía trazar en canciones la fauna urbana de su Madrid, con un tema homónimo ensalzado por figuras como Miguel Ríos.
Como miembro de Cucharada, el grupo efímero que montó con Manolo Tena, también alumbró algún “hit” como ‘Lejos de aquí’, pero sería especialmente en los 90 cuando despuntaría, ya recuperado de sus adicciones por amor a sus seres queridos, sobre todo su madre y su hija, la hoy actriz Alba Flores.
Primero fue con ‘De ley’ (1992), el debut de su hermana Rosario, que llevaba su firma en buena medida. “Fue el disco que realmente me salvó la vida”, declaró a EFE la intérprete de ‘Mi gato’, necesitada también de encontrar un valor diferencial en un clan tan lleno de genio.
Animado por este éxito publicó el álbum propio que permanece como su obra maestra, ‘Cosas mías’ (1994), un testimonio autobiográfico armado entre su influjo flamenco y su gusto por el rock y la bohemia, con numerosos temas que aún hoy perviven como ‘Isla de Palma’, ‘Cuerpo de mujer’, ‘Arriba los corazones’, ‘Siete vidas’ y ‘Alba’, la que dedicó a su heredera.
Precisamente con motivo del 20 aniversario del álbum, en 2015 se realizó una reedición con los temas originales, más las tomas grabadas en directo por el propio artista y, sobre todo, las reintepretaciones en el estudio que llevaron a cabo compañeros y amigos como Ana Belén y Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat, Ariel Rot, Ketama, Antonio Orozco o su hermana Lolita.
Poco más desde entonces. El homenaje en vivo que tanto se le debía no llegó hasta el 24 de noviembre de 2023, más de 28 años después de su muerte, que tuvo lugar en el Palacio Vistalegre de Madrid auspiciado por su familia y con las 8.000 entradas del aforo vendidas.
Allí Víctor Manuel cantó otra vez ‘Isla de Palma’, Rozalén se encargó de ‘No puedo enamorarme’, Vanesa Martín de ‘Siete vidas’ y Sole Giménez de ‘Sabor, sabor’, en un “show” que también contó, entre otros, con David Summers (‘Cuerpo de mujer’) o Melendi (‘Pongamos que hablo de Madrid’).
“Fue muy difícil perderle tan pronto, no solo para mí, pero eso me ha enseñado que el amor y el significado de una vida no se puede medir en tiempo. La luz de mi padre no dejará de lucir en nuestros corazones”, exclamó su hija Alba Flores, anfitriona del evento, emocionada al ver que su padre seguía siendo “tan querido y estando presente para tantas personas”.
¿Por qué entonces no hay más referencias, alusiones u homenajes a aquel verso libre que fue el único hijo de Lola Flores y Antonio González “El Pescaílla”? Mientras se resuelve la cuestión, queden las palabras que proclamó su hermana Rosario en aquel concierto, que “la música, los magos y los poetas como Antonio Flores, vivirán para siempre”.