Treinta años tras el genocidio a Srebrenica siguen llegando los ataúdes de las víctimas
Zagreb, 10 jul (EFE).- Treinta años después del genocidio perpetrado por fuerzas serbobosnias contra civiles bosnio-musulmanes, los ataúdes con los restos mortales encontrados siguen llegando al Centro memorial de Srebrenica, en una atmósfera turbada por el negacionismo del crimen y la glorificación de los responsables en regiones serbias. Safet Gabeljic entierra este año así a su hermano Rifet, que tenía 31 años cuando fue asesinado en julio de 1995. «No creo que ni Alfred Hitchcock hubiera podido representar todo ese horror que pasamos», declaró Safet recientemente a la televisión N1, haciendo un esfuerzo para poder hablar. Contó que él y su hermano lograron escapar de las ejecuciones en masa, pero que mientras huían por el bosque de los soldados serbobosnios que los perseguían, se separaron. Mientras él logró salvarse, su hermano desapareció. Restos en vertederos Hace dos meses, el cráneo y varios huesos más de su hermano fueron hallados en el basurero de una localidad en el este de Bosnia. «Es lo que más me duele en el corazón, yo no tiraría a un vertedero ni a un animal», contó Safet, con la voz temblorosa. Al menos 8.372 civiles bosnios musulmanes que se habían refugiado en Srebrenica, entonces una zona protegida por la ONU, fueron asesinados en pocos días a partir del 11 de julio de 1995 tras irrumpir fuerzas serbobosnias en el enclave. La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) y el Tribunal de Bosnia-Herzegovina confirmaron que se trató de genocidio, planeado y perpetrado por los líderes políticos y militares de la entonces autoproclamada República Srpska de Bosnia. Srebrenica fue solo la culminación de una campaña de limpieza étnica contra los musulmanes en toda Bosnia-Herzegovina. El Centro memorial de Srebrenica recuerda con motivo del 30 aniversario que se trató de un conflicto clasificado como «internacional», dada la participación directa de Serbia y del Ejército serbio-yugoslavo en apoyo a las fuerzas serbobosnias. Mirzeta Karic contó que están aún por enterrar los restos mortales de su padre – un hueso -, el único que pudo encontrarse en tres décadas de búsqueda. «Mi padre es el miembro número 50 de mi familia que voy a enterrar. Mi hermano tenía 22 años en el momento de su muerte, y un primo sólo 15», cuenta Mirzeta. En las próximas semanas se esperan 89 exhumaciones más y continúa la búsqueda de más de mil personas asesinadas en Srebrenica. La dificultad de encontrar los restos mortales se debe a que las fuerzas serbobosnias ocultaron sistemáticamente las pruebas: los cadáveres fueron destrozados y trasladados a fosas comunes secundarias y terciarias. Aumenta el negacionismo Pero lo que aumenta el dolor de los familiares, según aseguran, es la sistemática negación del genocidio y la glorificación de los criminales de guerra en la República Srpska (RS) y en Serbia. Según dijo esta semana Serge Brammertz, exfiscal jefe del TPIY, durante una visita a Sarajevo, «la negación del genocidio y la glorificación de los criminales de guerra es mayor hoy que hace diez años». Husnija Kamberovic, un renombrado profesor de Historia en la Universidad de Sarajevo, asegura a EFE que «el reconocimiento del crimen de genocidio es el requisito para una paz duradera». Pero en lugar de ello, advierte, en los últimos años han aumentado tanto el negacionismo como las tendencias separatistas en la RS, que están desintegrando Bosnia-Herzegovina y acercándose a Serbia. «Hoy, Bosnia-Herzegovina es un país taladrado, las instituciones estatales son demasiado débiles, las élites políticas no quieren cooperar y el sistema está prácticamente paralizado”, alerta. Lo atribuye también a la falta de voluntad de la comunidad internacional para presionar a los protagonistas de la crisis. Limpieza étnica conseguida El principal objetivo de las fuerzas serbobosnias durante la guerra de 1992-1995, según el TPIY, fue crear con violencia territorios serbios étnicamente homogéneos en zonas que reclamaban para su RS. Al final de la guerra la República Srpska iba a abarcar la mitad del país y fue reconocida como una de las dos entidades en la que se divide actualmente Bosnia-Herzegovina. Srebrenica, que hace 30 años era un lugar con mayoría bosnio-musulmana, forma hoy parte de ese ente serbio, su población es mayoritariamente serbia y hasta los nombres de algunas calles han sido cambiados. Vesna Bernardic