Washington, 30 sep (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo este martes que está considerando resucitar el obsoleto concepto del acorazado (battleship), un tipo de navío de ataque masivo, que desapareció tras la II Guerra Mundial y que ya no produce ninguna Armada.
«Creo que deberíamos comenzar a pensar en los acorazados (…) Cuando veo a esos navíos que iban acompañados por destructores. No había nada que los pudiera detener (…) Algunos dirán que es tecnología obsoleta. Pero, no sé. (…) Es algo que estamos, de hecho, considerando», aseguró Trump frente a una inusual congregación de generales, a los que ya había advertido que «si no son verdaderos guerreros», los despedirá.
Dirigiéndose a uno de los almirantes presentes en la reunión, Trump aseguró que los aranceles que su Gobierno está imponiendo a otros países están proporcionando miles de millones de dólares, «suficiente para comprar un montón de acorazados», aunque al mismo tiempo reconoció que era un término «anticuado».
El presidente estadounidense también se refirió con nostalgia al acorazado Iowa, el último navío de esta clase que sirvió en la Armada estadounidense, convertido en un museo flotante anclado en el puerto de Los Ángeles, y presumió de mirar ‘Victory at Sea’, un documental «en blanco y negro» de los años cincuenta sobre los combates navales de la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos fue el último país que contó con acorazados en su Armada. El Missouri, un navío de la clase Iowa de acorazados, terminado en 1944, fue retirado de servicio en marzo de 1992.
Con un desplazamiento de 58.000 toneladas, los acorazados de la serie Iowa eran los navíos más grandes construidos, solo superados por los portaaviones, y contaban con nueve cañones de 16 pulgadas distribuidos en tres masivas torres.
Rusia cuenta en la actualidad con una unidad en activo de la clase Kirov, un navío de guerra de la era soviética y propulsión nuclear con un tamaño comparable con los acorazados, aunque en la Armada rusa son catalogados como cruceros de batalla.
Los gigantescos acorazados del pasado son considerados por las armadas modernas como dinosaurios vulnerables a los modernos portaaviones, destructores, cruceros y submarinos, ya que estos cuentan con armamento muy superior a los cañones pesados de navíos como los Iowa.