Washington, 13 jun (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ultima este viernes los preparativos del gran desfile militar del sábado que coincidirá con su cumpleaños y que se celebra marcado por las críticas y las numerosas protestas por la política migratoria de su Gobierno.
El evento, que conmemora el 250 aniversario de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, llega marcado por el descontento de buena parte de la opinión pública por las redadas contra migrantes que han desatado concentraciones y disturbios en lugares como Los Ángeles, donde envió a la Guardia Nacional.
Críticas al despliegue
El desfile, que coincide con el 79 cumpleaños del mandatario, recorrerá unas nueve manzanas de la avenida paralela a la Explanada Nacional entre los memoriales a Abraham Lincoln y George Washington.
Supondrá el despliegue de unos 150 vehículos terrestres y unos 50 aviones militares, lo que implicará restringir temporalmente el tráfico en puntos de la capital estadounidense, así como salidas y llegadas en el cercano aeropuerto Ronald Reagan.
A esto se unen las medidas adoptadas para que circulen los pesados tanques M1 Abrams sobre el asfalto de la ciudad, como la instalación de placas de acero en las calles o el uso de zapatas especiales en la tracción de oruga de los vehículos, que deberán circular a muy baja velocidad para evitar provocar graves daños.
Todo esto entra dentro de un presupuesto que se estima entre los 25 y 45 millones de dólares, una cantidad que muchos critican en un momento en que la Administración ha abogado por recortar grandes partidas presupuestarias, entre ellas las destinadas a los veteranos.
Imagen autoritaria
EE.UU. no organiza un gran desfile militar en Washington desde junio de 1991, tras declarar la victoria en la primera Guerra del Golfo, por lo que la imagen que se dará es poco habitual.
Muchos han acusado al mandatario republicano de actuar como los líderes de países con regímenes híbridos o abiertamente autoritarios con los que dice llevarse bien, como el ruso Vladímir Putin, el chino Xi Jingping o el norcoreano Kim Jong-un.
Pero, comparado desde un punto de vista técnico, la muestra de músculo militar estadounidense es conservadora.
En Washington participarán unas 6.000 tropas, en torno a la mitad de lo que se suele ver en Pekín o Moscú y una cuarta parte o menos de las que han desfilado por la plaza Kim Il-sung de Pionyang en años recientes.
Rusia y China han mostrado habitualmente sistemas de misiles balísticos intercontinentales en sus desfiles, pero EE.UU. no tiene previsto siquiera incluir armamento.
Está programado, eso sí, que desfilen tanques y otros acorazados, algún que otro helicóptero de combate AH-1 y aviones clásicos de la Segunda Guerra Mundial como el caza P-51 o el bombardero B-25.
El bombardeo israelí y las manifestaciones
Además de las lluvias previstas en Washington a la hora del desfile, otros nubarrones amenazan con enturbiar un evento para el que Trump ha depositado muchas esperanzas.
El bombardeo israelí a objetivos militares y al programa nuclear iraní ha copado la atención internacional ante una posible escalada en la región que pueda llevar a Trump a involucrarse militarmente, tras haber amenazado a Teherán con ataques si no acepta un acuerdo que elimine su capacidad para enriquecer uranio.
A su vez, el mismo sábado y de cara a boicotear el desfile, se han convocado más de 2.000 protestas en los cincuenta estados del país en una jornada bautizada por los organizadores como ‘Día Sin Reyes’, pues consideran que el neoyorquino actúa como uno.
«Trump quiere tanques en las calles y una exhibición de dominio televisada para su cumpleaños», denuncian los convocantes, que afirman que habrá «personas uniéndose en comunidades de todo el país para rechazar la política autoritaria y la corrupción» del presidente.
No se ha convocado acto alguno en Washington adrede para tratar de evitar que lo que suceda en la capital sea «el centro de gravedad».
Por su parte, en una semana en la que ha autorizado un polémico -y cuestionado en los tribunales- despliegue de soldados en Los Ángeles, Trump ha dicho que en Washington se celebrará «por todo lo alto» y ha advertido que «si hay alguna protesta, cuando salgan se enfrentarán una fuerza muy poderosa».