Leópolis (Ucrania), 24 sep (EFE).- Ucrania afronta el desafío de asegurar fondos para su defensa y sus gastos sociales básicos en 2026, ya que la dependencia de la ayuda internacional sigue siendo importante y el Gobierno busca formas de aumentar los salarios de los soldados y expandir la producción militar nacional.
El proyecto presupuestario, actualmente en consideración en el Parlamento de Ucrania, destina a defensa un 52 % del gasto estatal, equivalente a 47.300 millones de euros o el 24,7 % del PIB.
Un presupuesto de supervivencia
La Escuela de Economía de Kiev describe el borrador como un «presupuesto de supervivencia», que prioriza la defensa para sostener la resistencia de Ucrania contra la invasión rusa, incluso a costa de sacrificar inversiones en infraestructura y desarrollo.
Por primera vez en dos años, el salario mínimo mensual (actualmente en 164 euros) y las garantías sociales básicas aumentarán un 8 %, lo que solo compensa parcialmente el impacto de la inflación en los ingresos de los ucranianos, cada vez más erosionados.
Financiar estos gastos básicos, junto con otros desembolsos estatales en educación y sanidad, supondrá unos 40.800 millones de euros, y dependerá de la puntualidad y el volumen del apoyo internacional.
Ucrania necesitará obtener 38.700 millones de euros de fuentes externas como el Mecanismo para Ucrania de la Unión Europea (UE), la iniciativa del G7 y los fondos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según Roksolana Pidlasa, presidenta de la Comisión Presupuestaria del Parlamento, 15.400 millones de euros de esta suma aún no están financiados.
Gran parte del apoyo financiero llegará en forma de préstamos, no de subvenciones, lo que llevará la deuda pública de Ucrania al 106 % del PIB en 2026, según cálculos del Centro de Estrategia Económica (CES), lo que genera preocupación por la estabilidad económica a largo plazo.
Salarios militares bajo presión
Aunque la atención del proyecto presupuestario está puesta en el gasto en defensa, los expertos advierten que sigue siendo insuficiente para contrarrestar el esfuerzo bélico ruso, estimado en más de 120.000 millones de euros anuales.
El economista del CES Yuri Gaidai califica de «gran error» la decisión de no aumentar la paga de los soldados.
Muchos militares que no están desplegados directamente en el frente ganan aproximadamente 400 euros al mes, un 25 % por debajo del salario medio nacional de 500 euros.
Reflejando un sentimiento extendido, Gaidai advirtió recientemente en redes sociales que los bajos sueldos en el ejército socavan la justicia social, ya que los soldados se sienten cada vez más infravalorados.
Esto también podría obstaculizar los esfuerzos de reclutamiento, un asunto crítico en un momento en el que Ucrania busca reforzar sus fuerzas con más personal militar.
«Incluso con fondos limitados, Ucrania debería aprender de Rusia y ofrecer más incentivos económicos para atraer nuevos reclutas», señaló a EFE Oleksandr Kovalenko, analista militar del grupo Resistencia Informativa.
Limitaciones del gasto en defensa
La diputada Pidlasa explicó a ‘Ekonomichna Pravda’ que los ingresos fiscales limitados restringen el gasto militar.
«Ninguno de nuestros socios permite que sus fondos se utilicen para defensa, por lo que dependemos únicamente de los ingresos internos y del endeudamiento interno», afirmó.
Tras el último aumento previsto para 2025, el Gobierno se mantiene cauto respecto a subir los impuestos por el impacto que podría tener en la frágil recuperación económica.
El ministro de Finanzas, Serguí Marchenko, declaró la semana pasada en el Parlamento que Kiev está negociando con sus aliados para permitir que sus fondos se usen para fines de defensa.
«Francamente, hemos alcanzado el límite de nuestras propias capacidades», añadió Pidlasa.
Escalando la producción militar
Para reducir la dependencia de la ayuda militar de sus socios, Ucrania planea destinar 20.000 millones de euros, más de un tercio de su presupuesto de defensa, a la compra y producción de armas en el país.
Sin embargo, esto no cubre las necesidades. Kiev calcula que se requieren 51.000 millones de dólares adicionales para adquirir armamento y sostener el esfuerzo bélico en 2026, un déficit que los ingresos internos no pueden cubrir.
El presidente Volodímir Zelenski anunció la semana pasada que Ucrania planea comenzar a exportar algunas armas con el fin de generar beneficios que permitan incrementar la producción de armamento crítico.
Los activos rusos congelados como solución
Ilona Sologoub, del centro de estudios ‘VoxUkraine’, declaró a EFE que confiscar los activos rusos congelados —valorados en más de 200.000 millones de dólares— es la forma más obvia y justa de afrontar el déficit de financiación de Ucrania.
Actualmente, Ucrania solo recibe los intereses generados por algunos de estos activos. Sin embargo, Bélgica, donde se administran la mayoría de estos fondos, y países como Francia se oponen a la confiscación, alegando posibles violaciones del derecho internacional y riesgos para la reputación financiera de Europa.
Rostyslav Averchuk