Ucrania despide a la periodista Viktoria Róshchina, torturada hasta la muerte en Rusia

Un reportero deja su micrófono en el suelo y se arrodilla ante el féretro de la periodista ucraniana Viktoria Róshchina, que murió entre torturas en cautiverio ruso tras ser detenida en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania, este viernes en Kiev (Ucrania). EFE/ Marcel Gascón

Kiev, 8 ago (EFE).- Decenas de ucranianos despidieron este viernes por lo religioso y por lo civil en el centro de Kiev a la periodista ucraniana Viktoria Róshchina, detenida en 2023 por las autoridades rusas cuando informaba desde territorio ocupado y cuyo cadáver fue retornado a Ucrania en febrero de este año sin algunos de sus órganos internos y con signos de haber sido brutalmente torturada.

Imagen del acto de despedida a la periodista ucraniana Viktoria Róshchina, que murió entre torturas en cautiverio ruso tras ser detenida en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania, este viernes en Kiev (Ucrania). EFE/ Marcel Gascón

La parte religiosa del funeral tuvo lugar en la Catedral de San Miguel de las Cúpulas Doradas, una de las iglesias más emblemáticas de Kiev y donde suele despedirse a soldados caídos en combate.

Asistentes al funeral de la periodista ucraniana Viktoria Róshchina, que murió entre torturas en cautiverio ruso tras ser detenida en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania, este viernes en Kiev (Ucrania). EFE/ Marcel Gascón

Después de una ceremonia ortodoxa, el coche fúnebre se trasladó a la cercana plaza del Maidán, centro de reunión cívica tradicional para todo tipo de manifestaciones públicas en Ucrania.

Amigos y compañeros de profesión de la periodista, que tenía 27 años cuando sucumbió en septiembre de 2024 a los malos tratos y las torturas que sufrió de sus carceleros rusos, alabaron en la plaza su coraje y su heroico sentido profesional y ético.

Róshchina fue detenida en la segunda mitad de 2023 en la parte ocupada por Rusia de la región ucraniana de Zaporiyia, adonde había entrado para informar de la realidad impuesta a esa parte de su país por la invasión.

No era la primera vez que las fuerzas de ocupación rusas detenían a Róshchina, que ya había estado presa en Berdiansk (también en la región de Zaporiyia) en los primeros días de la guerra. Pese a ello, la periodista insistió en volver a la zona ocupada por Rusia para contar lo que estaba pasando y acabó pagando con su vida por ello.

Los restos mortales de Róshchina fueron retornados a Ucrania en febrero de este año junto con los de centenares de combatientes ucranianos caídos que estaban en manos de los rusos, en uno de los intercambios de cadáveres que realizan periódicamente ambos bandos.

La autopsia en Ucrania tardó meses en concluir, por el deterioro que presentaba el cuerpo. Los forenses determinaron este mes de julio que la joven presentaba fracturas en el cuello y en otros huesos y hemorragias, entre otras heridas.

La fractura del cuello y el hecho de que del cuerpo faltaran los ojos, el cerebro y parte de la tráquea -los órganos que hubieran permitido confirmar que murió por estrangulación- hacen pensar a los investigadores ucranianos que la causa del deceso fue la asfixia mecánica.

En la víspera del funeral de Róshchina, la policía ucraniana presentó cargos en ausencia contra el antiguo jefe de la prisión de Taganrog, en la región rusa de Rostov, en la que se cree que fue torturada la periodista.

El caso de Róshchina se ha convertido en un símbolo tanto de la crueldad rusa con los civiles ucranianos como del coraje con el que muchos ciudadanos del país invadido se han rebelado contra la ocupación, en el caso de la periodista insistiendo en romper el silencio informativo desde los territorios conquistados por Rusia pese a conocer por experiencia los riesgos que corría.