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Ucrania pierde protagonismo por la apatía de EE.UU. y la escalada en Oriente Medio

Una valla publicitaria muestra a un soldado con el lema 'Servir a Rusia es un trabajo de verdad' en San Petersburgo, Rusia, 30 de marzo de 2023. EFE/EPA/ANATOLY MALTSEV

Kiev, 19 jun (EFE).- Cien días después de que Kiev aceptara la exigencia de un alto el fuego de EE.UU., la apatía del presidente Donald Trump a la hora de forzar a hacer lo mismo a su homólogo ruso, Vladímir Putin, condenan a Ucrania a mantener su defensa en una guerra que ha de competir ahora por la atención internacional por las hostilidades desatadas entre Israel e Irán en Oriente Medio.

«Ucrania sigue comprometida con la paz. Desafortunadamente, Rusia sigue eligiendo la guerra, ignorando los esfuerzos de EE.UU. de parar la matanza», escribió en X el ministro ucraniano de Exteriores, Andrí Sibiga, con motivo de los cien días de declaraciones improductivas de Trump en favor de una tregua.

«Es el momento de actuar y de forzar a Rusia a la paz. Paz a través de la fuerza, un incremento de las sanciones y más capacidades (militares) para Ucrania», abundó.

Las medidas que Ucrania reclama a EE.UU. prácticamente a diario parecen, sin embargo, cada vez más improbables.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha recibido en apenas unos días tres jarros de agua fría en sus intentos de ganarse el favor de Trump y convencerle personalmente de que sólo con más apoyo militar a Kiev y sanciones adicionales a Rusia conseguirá que Putin baje las armas.

En un encuentro con periodistas sin grabadoras o cámaras celebrado en Kiev el pasado viernes, antes de que el presidente ucraniano viajara a Canadá para una cumbre del G7 en que esperaba reunirse con Trump, Zelenski expresó sus inquietudes sobre lo que podría suponer para Ucrania la actual coyuntura internacional.

«Sin duda, una consecuencia de cualquier escalada en Oriente Medio es el incremento de ayuda a Israel», dijo Zelenski en ese encuentro, en el que estuvo presente EFE.

En espera de misiles anti-dron

Zelenski recordó que ese mismo factor ya supuso una ralentización de la ayuda militar a Kiev tras la guerra de Israel contra Hamás y Hizbolá que empezó en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023.

Zelenski explicó que las consecuencias de la campaña israelí contra el programa balístico y nuclear iraní empezaron a sentirse en Ucrania antes incluso de que comenzaran las operaciones.

Kiev esperaba recibir de EE.UU. 20.000 misiles anti-dron, un envío aprobado por la anterior administración de Washington que fue redirigido a Oriente Medio por decisión de Trump.

«Para nosotros fue un golpe. Y también entendimos que la operación israelí se acercaba”, según Zelenski.

Sin reunión con Trump y relegado en la OTAN

Además de verse privada de este armamento cuando Rusia la ataca muchas noches con una cantidad récord de cerca de 500 drones, Ucrania aún espera una respuesta a su oferta de comprarle a EE.UU. el armamento que necesita para poder seguir resistiendo con garantías la ofensiva terrestre de Rusia y su escalada de ataques aéreos.

Zelenski considera que la cuestión sólo puede desbloquearse «a nivel de presidentes», pero no pudo ni siquiera intentarlo en el G7, como tenía previsto, al marcharse Trump antes de que el presidente ucraniano llegara siquiera a Canadá para la cita.

Pese a que Rusia lanzó en plena cumbre contra Kiev un ataque con misiles y drones que provocó cerca de treinta muertos civiles, Trump ni siquiera condenó ese bombardeo y no mostró intención de castigar a Putin con sanciones al petróleo y al sector bancario solicitadas por Zelenski.

El plantón a Zelenski en Canadá y el resto señales de la administración Trump dejan claro para Kiev que Ucrania ocupa un lugar poco importante entre las prioridades de esta Casa Blanca.

Por el veto de Washington, el presidente ucraniano sólo participará en la cena de líderes, y no en las sesiones oficiales como ocurrió en las últimas dos cumbres, en la reunión anual de la OTAN que tendrá lugar en La Haya el 24 y el 25 de junio.

La esperanza de Kiev es la guerra asimétrica

Ante la imposibilidad de aceptar unas exigencias de Moscú para el alto el fuego que supondrían desarmarse o renunciar en la mesa de negociación a territorio que Kiev no ha perdido en la guerra, Ucrania trata de contener la ofensiva terrestre rusa con lo que tiene al tiempo que apuesta por la producción de armas propia con cada vez más financiación europea.

Ucrania anunció el pasado 13 de junio que ha empezado a producir en serie su misil balístico de corto alcance Sapsan, capaz de alcanzar objetivos a 300 kilómetros.

Buena parte de las esperanzas ucranianas están puestas también en operaciones de guerra asimétrica como la que destruyó con drones activados desde territorio enemigo el 1 de junio decenas de aviones militares rusos, que de momento no son suficientes para contener o revertir los avances de las tropas del Kremlin.

Marcel Gascón