París, 25 jul (EFE).- Ana Patricia y Duda regresaron este viernes a la torre Eiffel, en cuyos aledaños se consagraron hace un año campeonas olímpicas de voley playa en los Juegos de París, rompiendo una sequía brasileña que duraba 28 años.

«Amigos y familiares quieren ver la medalla (de oro) y llevarse un pedacito de ella, ver lo grandiosa que es. Me gusta abrir la cajita y ver que la medalla está ahí, porque, en broma, tengo miedo de que no esté ahí y pienso, Dios mío, ¿ganamos de verdad?», contó a EFE Ana Patricia Silva Ramos (Espinosa, 1997).
Con sus dos medallas de oro a la vista, las dos jugadores se pasearon por el segundo piso de la torre Eiffel, cuya orientación sur les permitió ver lo fue la cancha efímera de voley playa de los Juegos, que se convirtió en uno de los escenarios más impresionantes del torneo por tener como telón de fondo el emblemático monumento.
¿Qué cambió en vuestra vida en un año? «En cómo nos miran, la admiración, porque las personas saben que la vida de un deportista no es fácil y que ganamos un oro (en voley playa) 28 años más tarde. Pero tampoco hay que olvidarse de las otras medallas (de Brasil)», comentó Eduarda ‘Duda’ Santos Lisboa (Aracaju, 1998).
De su final ante las canadienses Melissa y Brandie, que llegó hasta los tres sets y en la que hubo tensos intercambios verbales entre los dos equipos, Duda quitó hierro al asunto y aclaró que «todas querían ganar» porque no sabían si iban «a tener otra nueva oportunidad» de colgarse un oro.
«Cuando entró el último punto, no me acuerdo de nada. Fue una emoción que nunca sentí», recordó Ana Patricia, autora del tiro vencedor.
Tras su lesión del pasado mayo, contó va recuperando el ritmo de competición. «Esto bien, voy mejorando cada día. Fue una fase difícil y creo que ya nos vamos habituando a esa rutina loca de competición, de viaje (…) Afortunadamente pude contar con el todo el apoyo de mi familia, la comisión técnica, de nuestro club», señaló.
Tanto Duda como Ana Patricia se muestran cautas sobre Los Ángeles 2028.
«Nuestra meta estar es llegar hasta allí, no podemos ocultarlo, pero siempre nos ha gustado ir de año a año, de competición a competición, porque esa trayectoria es importante para llegar bien a Los Ángeles», cerró Ana Patricia.
La jugadora dio pistas de hasta qué punto la experiencia de París la marcó: luce un tatuaje de la Torre Eiffel en su brazo izquierdo y cuelga de su cuello una gargantilla con los anillos olímpicos.