Kiev, 17 jun (EFE).- Después de varias noches relativamente tranquilas, los habitantes de Kiev volvieron a despertarse este martes con el estruendo de las defensas aéreas, los impactos de misiles y las ametralladoras que tratan de derribar drones kamikaze Shahed, a causa de un nuevo ataque masivo ruso contra varias regiones de Ucrania, que mató a 13 personas en la capital y otras dos en el puerto de Odesa.
El ataque se produjo mientras se desarrolla en la provincia canadiense de Alberta una cumbre del G7 en la que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que participará como invitado, tenía previsto reunirse con su homólogo estadounidense, Donald Trump, para tratar de convencerle personalmente de que dicte sanciones contra Rusia para forzar al Kremlin a parar la guerra.
“Estos ataques son puro terrorismo. Y el mundo entero, Estados Unidos y Europa, deben responder por fin como una sociedad civilizada responde a los terroristas”, escribió en sus redes sociales Zelenski, que ha visto frustrados sus planes de reunirse con Trump después de que el presidente estadounidense se retirara antes de tiempo de la cumbre para ocuparse de la guerra entre Irán e Israel en Oriente Medio.
El presidente ucraniano explicó que su administración está en contacto con todos sus socios “a todos los niveles posibles” para que haya una respuesta “adecuada” a un nuevo ataque ruso que, según el ministro de Exteriores de Kiev, Andrí Sibiga, no tiene otra intención que “hacer que los líderes del G7 parezcan débiles”.
Zelenski también tenía previsto abordar con Trump la posibilidad de que Ucrania compre a EE.UU. las defensas aéreas y otros tipos de armamento que Kiev necesita para proteger su territorio de ataques como el de anoche. La administración de Trump no ha aprobado desde su llegada al poder ningún nuevo paquete de armamento para Ucrania, que sigue sin recibir respuesta a su oferta de pagar por las armas que bajo la presidencia del demócrata Joe Biden recibía de forma gratuita de EE.UU.
Cerca de 500 drones y misiles

Rusia empleó en su ataque de anoche contra el conjunto de Ucrania 440 drones y 32 misiles, entre ellos dos misiles hipersónicos Kinzhal, un misil antirradar Kh-31 y numerosos misiles de crucero.
Del total de misiles, 26 fueron interceptados por la Fuerza Aérea ucraniana, que también neutralizó 239 drones. Según el parte de este componente de las Fuerzas Armadas de Ucrania, se produjeron impactos directos en 10 emplazamientos. Los restos de los misiles y drones derribados cayeron sobre otras 34 localizaciones.
Uno de los impactos hizo colapsar por completo varios pisos en un bloque de viviendas situado en las inmediaciones de una zona industrial del oeste de la capital ucraniana.
Según pudo constatar EFE, los equipos de rescate continuaban al mediodía las labores de desescombro. La onda expansiva y la metralla de éste y otros impactos que se produjeron en los alrededores dañaron las fachadas de numerosos negocios y apartamentos de los alrededores. Una gran columna de humo seguía alzándose horas después del ataque desde el interior del perímetro industrial.
Más de un centenar de personas han resultado heridas en los ocho distritos de Kiev afectados por el bombardeo.
Otro de los objetivos del ataque ruso -que alcanzó también zonas de las regiones de Zaporiyia, Cherníguiv, Zhitómir, Kirovograd y Mikoláyiv- fue el puerto del mar Negro de Odesa, en el sur de Ucrania.
“Por desgracia, bajo los escombros se encontró el cuerpo sin vida de una mujer de 60 años”, escribió en su cuenta de Telegram el gobernador de la región de Odesa, Oleg Kiper, que informó de 17 heridos en el área bajo su jurisdicción. EFE
Marcel Gascón